Tres minutos sobre una playa de Túnez
La última de las grandes incursiones de la aviación israelí se produjo el pasado martes 1 de octubre, sorprendiendo al mundo y a los sistemas de defensa de varios países del área.Cruzando por un estrecho pasadizo sobre el mar Mediterráneo, una escuadrilla de ocho cazabombarderos F- 15 (algunas fuentes hablan de F-16), de fabricación norteamericana, voló 2.400 kilómetros hasta llegar a una pequeña playa de Túnez para bombardear el cuartel general de la Organización para la Liberación Palestina (OLP), en Hamman Plage, a 35 kilómetros al sur de la capital tunecina. Los aparatos debieron ser reabastecidos de combustible varias veces en el aire por Boeing 707 especialmente acondicionados. También se utilizaron aviones-radar Hawkeye E2C.
Los aviones, dotados de tanques adicionales de combustible, ubicaron su objetivo, dispararon sus bombas de dos tipos (antipersonales y antiedificaciones) y regresaron a su base sin novedad.
El ataque duró sólo tres minutos y se produjo a las 10.30, hora local. Los aviones llegaron por el mar en un vuelo muy bajo y soltaron las bombas de 500 libras con tal precisión que no tocaron un edificio colindante que albergaba a niños en una escuela.