Margaret Thatcher reitera a Desmond Tutu que no aplicará sanciones económicas contra Suráfrica
El obispo anglicano de Johanesburgo y premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu, ha manifestado que la primera ministra británica, Margaret Thatcher, sigue "firmemente opuesta" a la imposición de sanciones económicas a Suráfrica. Tutu mantuvo ayer una entrevista de más de una hora con la líder conservadora. Al término de la entrevista, el obispo Tutu manifestó a los periodistas que esperaban ante el número 10 de Downing Street que salía de la entrevista "más esperanzado de lo que había entrado". "Creo", dijo, "que la primera ministra conoce ahora mejor la situación en Suráfrica".
El Gobierno británico, en una maniobra destinada a calmar las críticas de los países de la Commonwealth en vísperas de su conferencia anual en Bahamas la próxima semana, decidió la pasada semana unirse a las limitadas sanciones políticas y militares decididas por la Comunidad Económica Europea y retiró a sus dos agregados militares de Pretoria.Pero Margaret Thatcher se ha negado a la adopción de sanciones económicas con la excusa de que perjudicarían más a la población negra de Suráfrica que a la minoría blanca. La verdadera razón reside en las inversiones británicas en Suráfrica, estimadas en unos 12.000 millones de libras, y en el comercio entre los dos países, que da trabajo en el Reino Unido a unas 150.000 personas. Tutu se encuentra en el Reino Unido para preparar una conferencia mundial anglicana que se celebrará en 1988.
El obispo declaró que había explicado a la primera ministra la situación en Suráfrica y la considerable influencia de la organización nacionalista African National Congress (ANC) entre las masas del país. Precisamente, el presidente del ANC en el exilio, Oliver Tambo, se dirigió ayer al plenario del Congreso laborista en Bournemouth y pidió a Neil Kinnock, el nuevo líder laborista, que apoye al pueblo surafricano cuando sea primer ministro.
Tutu, que tiene previsto entrevistarse con Tambo y con Kinnock antes de regresar a su país, rechazó la oferta hecha recientemente por el presidente Pieter W. Botha de integrar a los negros en el consejo presidencial, el más alto organismo consultivo de Suráfrica, y se preguntó para qué iban a querer los negros estar representados en ese organismo.
El único comentario ofrecido tras la entrevista por la oficina de Margaret Thatcher fue lacónico. Un portavoz del número 10 de Downing Street declaró a EL PAÍS que la entrevista había sido "larga y constructiva".
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