Desaparecen 117 organismos autónomos de la Administración

La ley de Presupuestos Generales del Estado para 1985 preceptuaba la supresión de determinados organismos autónomos, a efectos de racionalizar la gestión de funciones no transferibles y para reflejar en la estructura organizativa de la Administración del Estado los efectos de las transferencias a las autonomías. El paquete de medidas fiscales de relanzamiento del consumo privado de la primavera pasada, que incluía también actuaciones tendentes a liberalizar la economía española, se comprometía a la supresión de dichos organismos autónomos para reducir gastos que compensaran los menores ingresos fiscales.El proyecto de ley de Presupuestos para 1986 recoge de hecho la supresión de la mayor parte de estos organismos, 117 de los 133 previstos, quedando el resto a extinguir. Carlos Solchaga señaló que la desaparición de estos organismos no significa la supresión de todos los gastos, que acarreaban toda vez que el personal adscrito a ellos permanence en activo y algunas de las funciones que desarrollaban se mantienen, aunque realizadas desde otros lugares de la administración.

La desaparición de los organismos autónomos afecta a todos los ministerios en mayor o menor medida; los servicios de publicaciones dejan de tener la consideración de organismo autónomo, lo mismo ocurre con los patronatos de casas para funcionarios de los ministerios. En Economía, desaparecen también el Instituto para la Reforma de las Estructuras Comerciales, el de Apuestas Mutuas y los consorcios para la gestión e inspección de las contribuciones territoriales. En Trabajo desaparecen el Instituto Español de Emigración, el de Mediación, Arbitraje y Conciliación y el de Estudios Laborales. En Cultura lo hacen el Patronato de la Alhambra y el Generalife, así como el de Museos, la Editora Nacional, Teatros Nacionales y Festivales, Orquesta y Coros Nacionales y la Filmoteca.