Bajan las deducciones, exenciones y otras bonificaciones fiscales

Los gastos fiscales -lo que el Estado deja de recaudar por las deducciones, desgravaciones, exenciones y bonificaciones en el conjunto de los impuestos- han sido estimados para 1986 en 875.400 millones de pesetas. Esta cantidad representa un 16% del total de los ingresos que efectivamente espera conseguir el Estado, mientras que en los Presupuestos de 1985 significaba un 191,7%. Pero, si la comparación se hace en términos homogéneos -eliminando en 1986 los conc eptos introducidos por la nueva metodología-, las deducciones serán un 10% inferiores a 1985.El impuesto de la renta será el de mayores recortes con respecto a los ingresos que aportaría al Estado si no existieran dichos gastos. El conjunto de deducciones y exenciones para 1986 ha sido estimado en 300.400 millones de pesetas. Sobre los 1,7 billones de recaudación, la citada cantidad representa un 17,7%.

La herencia de Boyer

Por la nueva deducción para la vivienda introducida la pasada primavera en el decreto-ley que promovió el ex ministro de Hacienda, Miguel Boyer, el Estado deja de recaudar 39.717 millones de pesetas; en 1985, las deducciones por este concepto alcanzaban los 46.800 millones, mientras que en 1986 llegarán a 86.517 millones. Igualmente, la nueva deducción para los matrimonios que introducirá la reforma disminuirá los ingresos en 20.031 millones de pesetas. La elevación del 15% al 17% para la inversión en renta variable que fue introducida en los Presupuestos de 1985 costará al fisco algo más de 7.000 millones de pesetas, pues los menores ingresos que significaba estaban estimados en 15.300 millones y ascenderán el próximo año a 22.740 millones. Asimismo, las desgravaciones por disminución de rentas aprobadadas por los Presupuestos de 1985 costarán en 1986 otros 6.300 millones, al elevar el gasto total de 114.00 a 120.300 millones.

En cambio, bajará desde 15.000 a 7.073 millones de pesetas la desgravación por seguros, que fue limitada al 30%, y se introducen, entre otros, los siguientes gastos fiscales nuevos: el 2% de deducción fija para los gastos realizados con el fin de conseguir ingresos, que costará al fisco 35.980 millones; los incentidos a la inversión y al empleo del citado decreto-ley Boyer, 4.563 millones de pesetas; y la deducción para Ceuta y Melilla, 2.159 millones.

Los siguientes impuestos con mayores gastos fiscales serán el IVA, para el que se estiman en 1983.800 millones de pesetas, el 14,3% de los 1,35 billones de pesetas esperados de recaudación en 1986, y el de sociedades o beneficios de las empresas, para el que se cifran en 170.800 millones de pesetas, el 37,8% de la recaudación esperada.

Otro impuesto que tenía grandes gastos fiscales -el de tráfico de empresas- todavía generará antes de desaparecer con el IVA un coste de 73.400 millones, el 48% de la recaudación. En los impuestos especiales y sobre el lujo los gastos equivaldrán al 205o de la recaudación, mientras en el de sucesiones serán el 13%.