Los ingresos estatales crecen un 14% con un mayor incremento proporcional en la recaudación por impuestos indirectos

De cada 100 pesetas que genere la actividad económica el próximo año, 16,4 irán a parar directamente al Estado. Éste recibirá así 0,7 pesetas más que en 1985. Sin contabilizar los 83.000 millones de impuestos que irán a la CEE, el aumento será del 14,4% (hasta 5,25 billones) y descansará algo más en los impuestos indirectos o sobre el consumo (12,5% de incremento) que en los directos o sobre las rentas y el patrimonio (8,9%), si bien el capítulo con mayor incremento (33,8%) será el del juego y otras tasas. El Gobierno intenta compatibilizar estas previsiones con una reducción en el impuesto sobre la renta de las personas físicas, con objeto de que la mayoría de los contribuyentes disfrute de una baja de casi dos puntos en el tipo medio de la tarifa.

Los ingresos consolidados del Estado, organismos autónomos y Seguridad Social aumentarán el 13,9% respecto a los presupuestados para 1985 y excederán los 9,6 billones de pesetas. De esta cantidad, los contribuyentes -mediante impuestos directos, indirectos y tasas- aportarán 8,6 billones, frente a 7,57 billones en 1985; el resto corresponde a ingresos patrimoniales, transferencias, etcétera.Los ingresos derivados de los impuestos directos o afectos a los ingresos por renta o patrimonio aumentan el 9,7% y los indirectos o pagados en última instancia por el consumo crecen el 24,1%. Las tasas por prestación de servicios suben el 14,6%.

Sin embargo, el comparar los ingresos presupuestados para 1986 con los que a estas alturas del año espera obtener el Gobierno en 1985 ofrece unas conclusiones distintas. Lo mismo ocurre si se tienen en cuenta los cambios introducidos en las cuentas del Estado para el próximo año con motivo de la entrada en la CEE y la implantación del IVA.

Por la marcha de la recaudación en 1985, Hacienda ha calculado que si no adoptara ninguna medida, los ingresos ascenderían en 1986 a 5.402.000 millones de pesetas. Ello equivaldría a una elevación de la presión fiscal del Estado -lo que detrae cada año del Producto Interior Bruto, sin contar los recursos para financiar el déficit de caja estatal- desde el 15,9% al 16,9%.

De cualquier forma, el Gobierno ha estimado que los cambios anunciados reducirán dichos ingresos potenciales en la recaudación en el impuesto sobre la renta en 136.000 millones de pesetas y en 10.000 en la recaudación del impuesto de sociedades.

Repercusiones del IVA

Así, la recaudación quedaría en 5.256.000 millones de pesetas, el 16,4% del PIB, con aumento de 0,5 puntos sobre 1985. Pero a ella hay que añadir los 83.000 millones de pesetas que España entregará a la CEE mediante un recargo sobre el IVA, la tarifa exterior común y la cotización sobre el azúcar, todo lo cual eleva dicha presión en 0,2 puntos y sitúa el aumento efectivo sobre la recaudación esperada para 1985 en 0,7 puntos.La entrada en vigor del IVA se producirá, como estaba previsto el primero de enero de 1986, según subrayó ayer el titular de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, que desmentía de este modo los rumores que habían proliferado en sentido contrario. Pese a que los tipos del IVA están calculados para recaudar lo mismo que con los impuestos a los que sustituye, su aplicación hará aumentar las cifras de ingresos ya comentadas en 227.000 millones de pesetas. El motivo radica en que desde abril a diciembre Hacienda cobrará con el IVA impuestos hasta ahora recaudados por las Diputaciones (canon eléctrico o recargo provincial sobre el Impuesto de Tráfico de Empresas), parte de los cedidos a las comunidades autónomas y unos 20.000 millones correspondientes al régimen de la Seguridad Social agraria. Sin embargo, el aumento de los ingresos por esta vía, según señaló el ministro de Economía, no incrementará la presión fiscal, porque dicha cantidad será transferida como compensación a las administraciones afectadas.

Aunque el fisco espera una recaudación total de 5.483.000 millones de pesetas, la documentación entregada ayer sólo refleja unos ingresos de 5.256.000 millones de pesetas, al excluirse tanto los 83.000 millones para la CEE, como los citados 227.000 millones por la introducción del IVA. En definitiva, esto supone un aumento en los ingresos del Estado con respecto a los presupuestos de 1985 de un 14,4%, con el siguiente reparto: 8,9% de aumento en los impuestos directos (hasta 2,23 billones de pesetas); 12,5% en los indirectos (hasta 2,17 billones); 33,8% en las tasas (hasta 316.500 millones); 25,3% en las transferencias corrientes (279.800 millones); 51,5% en los ingresos patrimoniales (203,000 millones), y 168,8% en las operaciones de capital (52.100 millones).

Dentro del capítulo de los impuestos directos, la recaudación por el de la renta de las personas físicas se eleva un 8,7%, con lo que llegará a 1,7 billones de pesetas, frente a 1,56 billones de 1985); los ingresos por el impuesto de sociedades o beneficios de las empresas subirán un 8,9% (hasta alcanzar los 452.000 millones); la recaudación por sucesiones aumentará el 19,8% (hasta 11.500 millones); y por otros impuestos directos el 11,1% (a 56.000 millones).

En los impuestos indirectos, el primer lugar en cuanto a recaudación lo ocupa el IVA, con 1.128.000 millones, seguido por los nuevos impuestos especiales -gasóleos, tabaco, alcoholes, cerveza, etcétera-, todavía pendientes de aprobación en las Cortes y con los que se recaudarían 433.400 millones. La introducción de ambos afectará a todos los demás, por lo que el aumento de los ingresos totales por los impuestos indirectos nó será comparable con 1985. Sin embargo, se han incluido en los Presupuestos porque durante los primeros meses del próximo año el Estado recaudará lo correspondiente al último trimestre de 1985.