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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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Los tres fracasos socialistas

Televisión Española (TVE) analizó hace unos días, en un programa informativo, lo que han sido los 1.000 días de Gobierno socialista. Fue un trabajo típico de manipulación al que nos tiene acostumbrados TVE. Manipulación de datos, de enfoque general y sectorial, en el que, al final, lo que se pretendía era que el telespectador creyera que se había hecho todo lo que se podía hacer hasta conseguir lo que nunca ningún Gobierno había conseguido.A pesar de lo que diga la televisión socialista, los hechos son los hechos, y son tozudos, porque son hechos ciertos. A mí me parece que entre ellos hay tres que destacan sobre los demás: el mensaje y promesa de una nueva ética pública, la postura sobre la OTAN y la promesa de la creación de 800.000 nuevos puestos de trabajo.

El PSOE, con Felipe González al frente, enarboló desde las primeras elecciones, y especialmente en la campaña de 1982, la bandera de una nueva ética pública, que era la parte más sustancial de un mensaje de cambio. Antes de analizar la conducta y actividad pública desarrolladas por los dirigentes socialistas y su presidente quiero que quede claro que respeto profundamente su vida privada y sus personas.

El análisis sólo se refiere a su actividad como hombres públicos. Y como resultado de este análisis se debe concluir lo que ya se dice en cualquier sitio de nuestro país, y es que tanto el presidente del actual Gobierno como los miembros de este Gobierno, las altas autoridades socialistas que están al frente de la Administración y al frente de las autonomías, y los propios Gobiernos autónomos socialistas y los ayuntamientos regidos por éstos no han estado a lo largo de estos 1.000 días al nivel que se les debe exigir en un régimen democrático.

La ostentación y el abuso de los socialistas de los medios que la Administración pone a su disposición han dejado perplejos a los más indiferentes y fríos ciudadanos. Se puede afirmar con toda la sinceridad y la tristeza de que uno es capaz que no ha habido hasta el momento un Gobierno en España que gaste tanto en temas tan innecesarios, tan superfluos e injustificados. Ni en la Europa occidental y democrática, que es donde uno se debe fijar, hay ejemplo de una actuación política semejante.

En España, en estos tres años, se ha modernizado muy poco, se ha gastado desorbitadamente y mal. Y esto, en momentos de crisis económica. Naturalmente, de acuerdo con la filosofía socialista han aumentado los impuestos. Pero este aumento no se ha visto refrendado en la práctica con mejores servicios. Hoy tenemos menos servicios sociales y peores que en 1982. La necesidad de buscar dinero para sus ingentes gastos ha llevado al Gobierno socialista a recortar las pensiones, ya de por sí pequeñas, de nuestros jubilados.

En segundo lugar figura la promesa del PSOE de abandonar la OTAN. En su momento, los socialistas dijeron que de la misma manera que se había entrado se saldría. También dijeron: "OTAN, de entrada, no". A lo largo de estos 1.000 días esta actitud se ha transformado en la contraria, y el Gobierno socialista se prepara para hacer campaña en pro de la permanencia en la OTAN en un referéndum innecesario, porque España ya está en la OTAN.

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En tercer lugar está la promesa de la creación de 800.000 nuevos puestos de trabajo. La realidad es que a lo largo de estos mil días no solamente no se han creado estos puestos de trabajo, sino que hay más de medio millón de parados más, lo que nos hace llegar a la terrible cota de los tres millones.

La esencia de todo régimen democrático es que permite a los ciudadanos no solamente conocer de verdad la marcha de los asuntos públicos, sino también castigar a los políticos que incumplan sus promesas. Y ésta es la realidad a la que tendrá que enfrentarse el partido socialista. Porque, primero, ha incumplido con su promesa de cambio, de ética pública. Estos políticos socialistas no están a la altura, en lo que se refiere a su comportamiento público, de lo que se exige hoy en Europa occidental. Segundo, han incumplido en el tema de la OTAN. Tercero, han fracasado rotundamente e incumplido también en lo que se refiere a la creación de puestos de trabajo.

Jorge Verstrynge Rojas es secretario general de Alianza Popular.

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