Aplazado, a instancias del Gobierno de México, el envío de 16 toneladas de ayuda sanitaria española

Las autoridades españolas decidieron a las tres de la tarde de ayer, a instancias del Gobierno mexicano, aplazar el envío a México de 16 toneladas de medicamentos, sangre, equipos de socorro y material sanitario diverso. Todo ello había sido acopiado velozmente por Cruz Roja Española y el Ministerio de Sanidad durante la jornada del jueves y la madrugada de ayer, para ser inmediatamente enviado a México en un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea española desde la base militar de Getafe, en los alrededores de Madrid.

Las razones del aplazamiento, según fuentes oficiales, obedecieron a una recomendación mexicana al respecto, cursada por el embajador de aquel país en España, Rodolfo González Guevara.En la dilatada espera, una mujer que aseguraba tener una hija de vacaciones en México cuya suerte desconocía, intentó -con profunda angustia- incorporarse a la tripulación del avión y a un reducido grupo de periodistas que pretendía viajar a México en el avión español.

Según Daniel Aguado, director de Socorros de Cruz Roja, el envío, de unos 70 metros cúbicos de capacidad, incluía 7,7 toneladas de material reunido por su organización, más cinco toneladas de medicamentos enviadas por el Ministerio de Sanidad y otras cuatro toneladas más en material auxiliar sanitario. El conjunto de material, más el transporte, permitía evaluarlo globalmente en unos 400 millones de pesetas.

Medios propios

Las autoridades mexicanas hicieron saber a las españolas que tal envío, hasta entonces, no resultaba necesario, ya que la Cruz Roja de México aseguró que era capaz de afrontar, con medios propios, las consecuencias del desastre. Del mismo modo, el aplazamiento derivó del deseo de las autoridades aeronáuticas de México de evitar un colapso del aeropuerto internacional de la capital federal, dado el catastrófico estado inicial de las comunicaciones provocado por el seísmo.

Se cree que en la decisión de aplazar el envío español y los de otros países europeos influyó el intento mexicano de reducir al mínimo los efectos que el sobrevuelo de aeronaves por encima de una ciudad asolada, con grandes riesgos de derrumbamientos de elevados edificios, podría causar.

A lo largo de la madrugada, una tripulación completa de las Fuerzas Aéreas españolas, al mando del teniente coronel Calvo, estuvo lista para trasladar el envío, una vez que el Gobierno español, previa consulta a las autoridades de México, lo decidiera.

La operación fue dirigida por Presidencia del Gobierno, y coordinada por el Estado Mayor del Aire, con la colaboración de Cruz Roja Española. Una unidad del Regimiento de Automóviles de la Reserva General, con base en Canillejas, así como oficiales y tropas de Cruz Roja Española, trasladaron la carga hasta la base aérea de Getafe, donde permanecerá depositada al menos dos días más, por si durante ese plazo las autoridades mexicanas deciden aceptar el envío. No se descarta el que una parte de este material pueda ser envíada a Mexico en los próximos días en vuelo regular de Iberia, ya que, por tratarse de productos imperecederos, pueden conservarse bien en plazos amplios de tiempo.

Si bien el Gobierno español actuó de un modo inmediato, movilizando ayuda sanitaria, por mor de criterios de solidaridad internacional, fuentes oficiosas subrayaron que parte de la atención estuvo centrada en la numerosa colonia española allí residente. El Gobier no intentó, a través de esta ayuda realizar un gesto simbólico e inmediato hacia el país amigo, según las citadas fuentes.