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El presunto traficante Ochoa accede a la extradición pedida por Colombia, pero no a la de Estados Unidos

Jorge Luis Ochoa, ganadero colombiano acusado de tráfico de cocaína, accedió ayer a ser entregado a las autoridades colombianas para ser juzgado de todas las causas que tenga pendientes. La extradición de Ochoa, cuya vista se celebró ayer, ha sido solicitada por Colombia y Estados Unidos, pero Ochoa se niega a ir a este último país por temer un proceso político en el que sería condenado, ya que opina que su suerte va unida a la de Nicaragua, a la que, afirma él, Washington quiere implicar en el tráfico de drogas. El abogado de Ochoa presentó una declaración del Gobierno de Nicaragua en la que se indica que "las acusaciones (...) son absolutamente falsas y están dirigidas (...) a incrementar la agresión contra nuestro país".

Jorge Luis Ochoa manifestó en el interrogatorio que no ignora que en Medellín (Colombia) existe un procedimiento judicial abierto en el que se investigan los mismos hechos por los que le reclama Estados Unidos.El fiscal, Melitino García Carrero, ratificó en la vista la procedencia de las dos reclamaciones, aunque señaló que la petición de Estados Unidos era preferente. Afirmó que había pruebas evidentes de la participación de Ochoa en el tráfico de cocaína y que no tiene sentido alegar las relaciones entre Nicaragua y Estados Unidos para descalificar la petición de extradición.

El defensor, Enrique Gimbernat, manifestó que no procede conceder la extradición a EE UU porque no existe una prueba evidente de la intervención de Ochoa, como exige el convenio recíproco entre ambos países; porque no se produjo delito en EE UU, sino en todo caso en Colombia y Nicaragua, y porque se trata de un caso de naturaleza política, que está expresamente excluido del convenio.

El abogado dijo que la Audiencia Nacional sólo va a decidir dónde se va a juzgar a Ochoa, pero no sobre la impunidad de los hechos, que, por otra parte, están basados en el testimonio de un personaje, traficante de droga, que ha negociado su libertad con el Gobierno de Estados Unidos. Gimbernat añadió que este traficante, Adler Berriman Seal, declaró en agosto de este año ante un juzgado de Nevada (Estados Unidos), que en junio de 1972 transportó explosivos para proveer a personal entrenado de la CIA que estaba intentando derrocar al régimen comunista de Fidel Castro. La Audiencia Nacional decidirá sobre el caso a finales de esta semana o principios de la próxima.

Declaración nicaragüense

La defensa del ciudadano colombiano entregó ayer al tribunal una declaración gubernamental de Nicaragua, firmada por el viceministro de Justicia Alba Luz Ramos, en la que se señala que "el Gobierno de Estados Unidos, como parte de su política de agresión y de intervención contra nuestro país, viene intentando desde hace tiempo involucrar a Nicaragua en el tráfico ilegal de estupefacientes". "El Gobierno de Nicaragua rechaza las falsas acusaciones que hace el Gobierno norteamericano, cuyo objetivo es eminentemente político, dirigido a desacreditar a nuestro país y a justificar la ilegal guerra de agresión promovida y dirigida por Estados Unidos", añade la declaración.

El abogado de Ochoa justificó el carácter político del caso al citar la intervención de Hawkins, congresista por Florida, que el pasado 23 de abril intervino en un debate en la Cámara de Representantes pidiendo el apoyo a los contra nicaragüense por entender que el Gobierno sandinista está implicado en el tráfico internacional de narcóticos.

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