_
_
_
_

Robert McFarlane: "Un sistema que impida un ataque enemigo es la base más estable para la paz

Robert C. McFarlane, consejero de Seguridad Nacional del presidente norteamericano, Ronald Reagan, se reclina en la poltrona de su despacho de la Casa Blanca, tiene aspecto relajado y las piernas cruzadas.Una de las cuestiones que han estado en boca de todo el mundo desde la operación de colon del presidente Reagan es lo que sucederá cuando se precise tomar una decisión sobre política exterior y el presidente no esté presente.

"El Consejo de Seguridad Nacional trata la cuestión con el vicepresidente en su puesto accidental y toma decisiones según las normas establecidas de antemano por el presidente", respondió McFarlane. "En un momento en que se prevé la ausencia del presidente, se plantea la mayoría de los temas que tienen posibilidades de presentarse, se consiguen sus directrices anticipadas de cómo tratar los diferentes temas en su ausencia".

Más información
Peres y la paz en Oriente Próximo

"Si se precisara tomar una decisión sobre algo para lo que no existen directrices, en el caso de un suceso totalmente imprevisto, entonces se requerirían los análisis y consejos, de los miembros del Consejo Nacional de Seguridad, que actuarían en función de su amplio historial de experiencia en las evaluaciones y objetivos del presidente y de todos aquellos que dirigen las diferentes áreas funcionales de la política de seguridad nacional, y que están recopiladas en casi 200 decisiones directivas del Consejo de Seguridad Nacional".

Como estábamos en un despacho de la Casa Blanca que yo ya conocía de cuando estuvo ocupado por dos de sus antecesores más conocidos, Henry Kissinger y Zbigniew Brzezinski, le planteé la cuestión de en qué se diferenciaba su forma de trabajar de la de ellos. Era evidente que había hecho una comparación de su posición con la de ellos y que creía que había encontrado diferencias, porque, bajo los presidentes Nixon y Carter, el consejero de Seguridad Nacional ejercía como centro de consulta política, en tanto que con el presidente Reagan, por haber adoptado un proceso de gobierno de consejeros, se tenía en cuenta a los secretarios de Estado y Defensa y a los jefes de Estado Mayor y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) como plana mayor.

La cita de Ginebra

El acontecimiento más importante en política exterior de los próximos meses será la entrevista entre el presidente Reagan y el primer ministro Gorbachov en Ginebra. Le sugerí que el mundo miraba a este acontecimiento con un cierto grado de inquietud debido a la nueva generación de líderes soviéticos que está llegando al poder.

McFarlane eligió cuidadosamente sus palabras: "El presidente cree que ésta será realmente una oportunidad importante para comprometer a los nuevos líderes en temas fundamentales: ¿cómo establecer relaciones estables? ¿Cómo vemos nuestro papel en el mundo? ¿Cuáles son nuestras metas y nuestra falta de intenciones hostiles en nuestra relación con la Unión Soviética? Queremos establecer una credibilidad, reconocemos el sistema soviético y no buscamos la forma de alterarlo básicamente. Al mismo tiempo queremos dejar claro que tenemos dudas sobre las intenciones soviéticas de querer crear un orden internacional estable y queremos cubrir esas áreas en que su comportamiento, ha sido desestabilizador".

"Asentadas estas bases", prosiguió McFarlane, "al presidente le gustaría explicar las razones de su desacuerdo en varias áreas regionales, incluyendo Afganistán y América Central, y las relaciones bilaterales en todos los aspectos, desde el comercio, las relaciones culturales y consulares, hasta el tema de los de rechos humanos, y finalmente, el control de armamento. Queremos dejar claro nuestro compronuso en relación con un control de arma mento real y la reducción de las armas nucleares, además de nuestra preocupación por el incumplimiento de anteriores acuerdos".

A esto, el consejero de Seguridad Nacional repuso con un nuevo tono de firmeza en su voz: "Es importante hacer ver a los soviéticos que los sistemas defensivos y un concepto defensivo de la disuasión sirve a sus intereses tanto como a los fines de la estabilidad. Ésa es la postura de Estados Unidos. El potencial ofensivo les ha proporcionado la posibilidad de una notable ampliación en los años setenta, y se plantea la cuestión crucial de si están realmente interesados en la estabilidad o no. Tenemos muchas dudas sobre eso. Pero no puede haber dudas reales de que establecer un sistema que impide el ataque de otros es una base más estable para la paz. Por eso la justificación del concepto de la SDI está clara como el agua".

Los soviéticos han dicho que una de las razones por las que se oponen a la SDI y por la que Estados Unidos lo defiende es que le proporcionaría a Estados Unidos la posibilidad de un primer ataque. Por eso le pregunté a McFarlane cuál era su respuesta. "No hay duda de que la apariencia, la realidad, o la posibilidad de un primer ataque, rondó por la cabeza del presidente antes de tomar la decisión de seguir adelante con la SDI. Tiene claro que la adopción de sistemas defensivos será la consecuencia de disposiciones para una reducción gradual de los sistemas ofensivos, a medida que se van implantando los defensivos. La afirmación de los soviéticos de que esto nos proporciona la posibilidad de un primer ataque, ignora nuestra punto de, vista sobre el proceso de transición e ignora la realidad de su propio gran progreso hacia la misma meta. En la actualidad, ellos no sólo disponen de ventaja ofensiva, sino que también tienen una creciente capacidad de establecer un área defensiva que les da la posibilidad de un primer ataque, no a nosotros".

Fondos para la SDI

En relación con los proyectos y cantidades de dinero que irán destinados a Europa durante la fase de investigación de la SDI, McFarlane dijo que todavía no se habían hecho cálculos, pero que se tratará de millones de dólares, y que esperaba que los europeos se comprometieran sin reservas. Especialmente en lo referente al Reino Unido, Alemania e Italia. Equipos especiales de expertos han estado discutiendo ya los contratos para la puesta en marcha o, como dicen los americanos, "una orientación" para la investigación.

En su última conferencia de prensa, antes de irse de vacaciones a California, el presidente Ronald Reagan dijo que era posible llegar a una moratoria de pruebas nucleares una vez que Estados Unidos finalizara su próxima serie de pruebas.

A esto, el consejero de Seguridad Robert McFarlane hizo la siguiente corrección: "El presidente manifestó eso en relación con la resolución de ciertos problemas inherentes a cualquier tipo de prohibición de pruebas, y son: primero, para reducir el armamento nuclear y establecer una tendencia descendente, y segundo, para confiar en el cumplimiento de los participantes en tal programa, confianza que no tenemos ahora debido al estado inicial en que se encuentran tales pruebas y debido también a que los informes que tenemos del cumplimiento por parte de los soviéticos no son buenos. Si podemos superar esos problemas, entonces se puede pensar seriamente en una moratoria, pero mientras tengamos que basarnos en la disuasión, no habrá necesidad por parte de ninguna de las partes de hacer pruebas. Los soviéticos reconocen que están haciendo pruebas conármas nucleares para asegurarse de que la disuasión es real. Están empeftados en ese programa y me atrevería a anticipar que reiniciarán las pruebas para enero del afto próximo".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_