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Peres y la paz en Oriente Próximo

Robert McFarlane se mostró dudoso ante la perspectiva de conversaciones entre Estados Unidos y una delegación jordano-palestina a la que Israel ha puesto objeciones. Dijo: "Es difícil predecir si esas conversaciones van a celebrarse y si servirán para el proceso de paz. Estados Unidos, desde el principio, ha visto esas conversaciones como potencialmente útiles, hasta el extremo de que contribuyen de forma palpable a dirigir las negociaciones. Pero eso en modo alguno significa que pretendamos que esas conversaciones impliquen un cambio en nuestra postura básica".Lo que quiso decir McFarlane fue que Estados Unidos preferiría, como sugirió el Gobierno de Israel., unas negociaciones directas entre Israel y la delegación jordano-palestina. Políticamente, las situaciones en Israel, Jordania y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) son muy delicadas. Estados Unidos tiene un enorme interés en evitar cualquier cosa que pueda minar la tambaleante posición del primer ministro israelí, Simón Peres, porque es la única esperanza de que el proceso de paz siga vivo. No quieren presionar al rey Hussein de Jordania hacia una postura tal que pierda el apoyo de los Gobiernos árabes moderados, y siguen aferrándose al principio y al compromiso de no tener conversaciones oficiales y directas con Yasir Arafat. Ésa es la realidad vista por Estados Unidos en este momento.

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El rey Hussein sugirió al principio algún tipo de participación soviética en el proceso de paz para darle un aire internacional. Pero a los norteamericanos no les gusta la idea, porque creen que la Unión Soviética ha estado apoyando a los elementos más extremistas del Próximo Oriente y, a menos que cambie su actitud, la participación soviética no puede ser de utilidad alguna.

Pregunté a Robert McFarlane si creía que había alguna posibilidad de que el régimen de Siria entrara en el proceso de paz: "No siento ninguna animosidad contra el pueblo sirio ni contra sus líderes", replicó McFarlane; creemos que el establecimiento de una paz justa y duradera va tanto en interés de Siria como en el de los otros países de la zona. Es una pena que esto no concuerde con los planes del presidente Asad, que busca un papel panarábe más importante para Siria. Pero creemos que se puede conseguir una paz que concilie los intereses de Siria y, los de los otros países de la zona. En los últimos meses hemos hecho progresos, pero no nos hacemos ilusiones de conseguir el apoyo del presidente sirio; es una pena".

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