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Tres cuartos de siglo, en la exposición del fotógrafo gallego Joaquín Pintos

El Museo de Pontevedra abrió el pasado viernes una exposición antológica del fotógrafo gallego Joaquín Pintos, que abarca sus diferentes etapas y trabajos a lo largo de casi tres cuartos de siglo, entre 1899 y 1965, período de actividad en su larga vida. La exposición comprende 109 fotografías, originales de Pintos, excepto cuatro. Está organizada por el citado museo y por el Archivo de Imagen de la Xunta, que la llevará en los próximos 12 meses por todas las ciudades gallegas para luego viajar a Madrid, Barcelona, Lisboa y Buenos Aires.

El fotógrafo pontevedrés Joaquín Pintos, 1881-1967, fue uno de los más grandes retratistas gallegos. A los 13 años comenzó a trabajar como aprendiz en el gabinete de Francisco Zagala, quien recaló en la ciudad del Lerez a principios de la restauración, después de defender ardorosamente en Madrid la República. Y es en 1899 cuando Pintos monta su estudio propio, empezando una fecunda labor fotográfica, que no se detiene hasta 1965, y que a los 17 años de vida profesional declara haber hecho 27.000 fotografías.Pero la importancia de Pintos le viene dada porque a lo largo de seis décadas retrata todo lo que aconteció en Galicia, "siempre con un gran rigor y calidad", afirma Enrique Acuña, responsable de la exposición. Y añade: "Él fue un gran impulsor de la fotografía en Galicia. En su colección aparecen los más variados temas".

Como reportero gráfico, Pintos dejó testimonio de los más variados acontecimientos ocurridos en Pontevedra y su comarca: la visita a Marín en 1899 de la regente María Cristina y su hijo, el futuro Alfonso XIII; la posterior del Rey, en 1927; la del presidente Alcalá Zamora. Pero también las inundaciones de Padrón, los primeros pasos de la aviación en la ciudad, los mítines políticos, los desfiles falangistas, las secuelas de la guerra. Igualmente estampó los deportes (a los que fue muy aficionado), los paisajes y los más diversos aspectos de la vida social.

Pero Joaquín Pintos fue sobre todo un retratista, y dentro de esta especialidad le atrajo el retrato femenino. Su gabinete (le trabajo "era inevitable para muchas mujeres pontevedresas, no sólo jóvenes, sino también maduras, e incluso viejas, que eran reflejadas, por el arte de Pintos con la maestría, el sentido de introspección y una serenidad especial que le daba la luz natural de su galería", dice Enrique Acuña. "La calidad que observamos en los originales conservados de estas fotografías nos muestra su predilección por el retrato femenino".

Asimismo Pintos retrató personalidades de su tiempo, como Castelao, Amado Carballo y Montero Ríos. "A primeros de siglo", señala Acuña, "Pontevedra era una localidad turística y centro de reunión de políticos madrileños en los meses de verano". De ello dejó constancia en sus numerosas fotografías.

El contacto con la gente de la cultura y la política le facilitó a Pintos el conocimiento de las modernas corrientes estéticas europeas. Él se esforzó por la renovación de su arte, aunque no sobrepasó más allá del amago de las técnicas vanguardistas.

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