El 25% del territorio español sufre una grave erosión

Las previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que en su último informe citaba a España en cabeza de aquellos países que con más velocidad se van desertizando, han sido ahora confirmadas oficialmente por la dirección general del Medio Ambiente en un estudio que ha publicado con el título Medio Ambiente en España 1984. Según este informe el 25,8% del suelo español -equivalente a 13 millones de hectáreas- sufre una grave erosión.Distribuídas por comunidades autónomas, las zonas más afectadas por la desertización son, en primer lugar, la región de Murcia, seguida de Andalucía y la comunidad de Madrid. El informe llama también la atención sobre la elevada contaminación por vertidos industriales al mar, especialmente en la zona del Mediterráneo.

El informe de la Dirección General del Medio Ambiente, del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, -un extenso estudio de 365 páginas- recoge no sólo los recursos medioambientales con que cuenta España sino también los problemas de flora y vegetación, fauna, áreas de montaña, zonas húmedas, dunas litorales, espacios protegidos, aguas marinas y continentales, atmósfera y ruidos, y residuos urbanos, agrícolas e industriales. El informe concluye con una referencia a los programas de la Administración central en materia de medio ambiente y a la normativa ambiental.

Según se deduce del estudio oficial, sólo el 35,8% del territorio nacional -18 millones de hectáreas- no sufre fenómenos apreciables de erosión. El 10,8% -algo más de cinco millones de hectáreas- presenta indicios de erosión debil. El 27,6% -casi 14 millones de hectáreas- tiene una erosión moderada y el 25,8% restante -13 millones de hectáreas- sufre una erosión grave, es decir, fuerte o muy fuerte.

La erosión grave afecta fundamentalmente a Murcia (el 47,7% de su territorio), seguido de Andalucía (el 40,7%) y la región de Madrid (con el 47,7%). Entre las zonas menos desérticas destacan el País Vasco, con el 2,7%; Cantabria, con el 3,5% y Galicia, con el 6,01%.

La orografía de montañas con pendientes propicias a la pérdida del suelo y las condiciones atmosféricas mediterráneas, que desencadenan lluvias torrenciales que arrastran el suelo, son algunas de las causas naturales que aceleran el proceso de desertización. Pero también influyen en este negativo proceso las prácticas agrícolas y el proceso de industrialización y maquinismo que sustituyen en el campo los abonos naturales por fertilizantes.

La contaminación por vertidos, especialmente en la zona del Mediterráneo, es otra de las mayores preocupaciones expresadas en el informe de la dirección del Medio Ambiente. Las industrias vierten al mar cantidades enormes de distintas sustancias contaminantes, sólidos en suspensión, sustancias orgánicas fácilmente oxidables e hidrocarburos. Sólo las industrias de plomo y zinc vierten al Mediterráneo 2.100.000 toneladas al año de este tipo de sustancias.