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Washington y Moscú rivalizan en acusaciones en la reunión de Helsinki

Estados Unidos y la Unión Soviética expusieron ayer en Helsinki sus análisis divergentes sobre lo que debe ser el objetivo de la distensión. Las intervenciones de los jefes de la diplomacia norteamericana y soviética ante las delegaciones de los 35 países de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), reunidos con motivo del 10º aniversario de la firma del Acta Final de Helsinki, sirvieron, como se esperaba, para el intercambio de críticas sobre violaciones mutuas de los acuerdos tomados hace 10 años.El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, acusó a Moscú de reiteradas violaciones de los derechos humanos, y el ministro de Asuntos Exteriores de la URSS, Eduardo Shevardnadze, culpó a Washington del aumento de la tensión militar en el mundo.

Shultz recordó a la Unión Soviética los casos de los disidentes encarcelados, particularmente el del premio Nobel Andrei Sajarov, en exilio interno desde 1980.

En su primer gran discurso en la escena internacional, Shevardnadze recordó, por su parte: "En contradicción con los intereses de los pueblos, se han seguido desplegando en Europa nuevos misiles norteamericanos de primer ataque".

El único elemento de coincidencia entre norteamericanos y soviéticos fue la expresión de respeto al Acta de Helsinki. Estados Unidos lo hizo al máximo nivel. El presidente Ronald Reagan reafirmó ayer en Washington el compromiso de su país con los acuerdos adoptados hace 10 años y dijo que, "por desgracia", la Unión Soviética no había hecho otro tanto.

Páginas 2 y 3

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