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Incertidumbre sobre el paradero del líder de ARCE

La oveja negra de la 'contra'

Antonio Caño

La personalidad de Edén Pastora ha sido siempre un obstáculo para los intentos, generalmente patrocinados por Estados Unidos, de unir a las fuerzas antisandinistas. Su obstinación antisomocista le había condenado en los últimos meses a la derrota militar y al aislamiento político.Desde que en julio de 1981 abandonó a sus compañeros de armas sandinistas, el Comandante Cero se encomendó a lo que él llamó la lucha por la democracia en Nicaragua y contra los "usurpadores del poder". Para Managua se convirtió en un contrarrevolucionario más y, como tal, se le advirtió que "en cualquier lugar del mundo en que se halle puede ser alcanzado por el largo brazo de la justicia, como lo fue Sornoza".

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Pastora ha hecho, no obstante, esfuerzos reales para no confundirse con los demás contra. En octubre de 1983, poco después de la formación de la Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE), se enfrentó por primera vez con su compañero de travesía, Alfonso Robelo -al que desprecia desaforadamente-, cuando éste quiso enviar a sus soldados a recibir entrenamiento a Argentina y Honduras.

El millar de hombres que luchaba entonces con el Comandante Cero convirtió la frontra de Costa Rica y Nicaragua en un permanente campo de batalla, pese a carecer de ayuda internacional conocida. La Administración estadounidense, que nunca ha incluido en sus planes a Pastora por considerarlo excesivamente independiente, robustecía, mientras tanto, a la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), donde se alistaron los antiguos guardias somocistas. Pastora intentó incluso en 1983 un acercamiento a Cuba. La Prensa de ese año informó de la celebración de al menos tres entrevistas secretas entre funcionarios cubanos y representantes de ARDE.

La acción más audaz

Poco después de la ocupación de la localidad de San Juan del Norte, la más audaz acción guerrillera de Edén Pastora en su etapa antigubernamental -rechaza el adjetivo de antisandinista-, el carismático personaje de la revolución nicaragüense comenzó una lenta agonía política. Todas las fuerzas hostiles al régimen de Managua hicieron causa en su contra: Costa Rica le cortó los suministros y echó a sus hombres de San José; y la mayoría de los grupos que integran ARDE lo expulsaron de la organización por su negativa a aliarse con la FDN. "No estamos dispuestos a hacer alianzas con los genocidas que nos asesinaron durante 45 años", repitió Pastora una y otra vez. El atentado del que fue víctima en mayo de 1984 se consideró entonces relacionado con esta decisión.

Alfonso Robelo, Adolfo Calero -líder de la FDN- y Arturo Cruz -el opositor político- abandonaron a Pastora a su suerte. Las tropas del Comandante Cero, hambrientas y mal equipadas, se convirtieron en presa fácil del Ejército Popular Sandinista, que en junio pasado lanzó lo que se entendió como el golpe final contra Edén Pastora. Sus hombres huyeron de la ofensiva sandínista en la zona del río San Juan y lanzaron desde su emisora, La Voz de Sandino, un SOS al mundo.

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