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El enfoque multiprofesional, necesario para atacar el 'mal de la piedra' en los monumentos

La restauración de monumentos afectados por el denominado mal de la piedra -alteración de la roca ocasionada principalmente por agentes atmosféricos y ambientales- debería efectuarse "con un enfoque multiprofesional, ( ... ) tendiendo a eliminar las causas que provocan el deterioro", según las conclusiones elaboradas al término de un curso monográfico de verano, celebrado la última semana de junio en la universidad de Oviedo.La profesora Rosa María Esbert, directora de este encuentro sobre Estudio, diagnosis y tratamiento del mal de la piedra en los monumentos, estima también que deben tomarse todas las precauciones antes de limpiar un edificio: "En cualquier intervención mediante productos químicos", señaló la organizadora del simposio, "existe una serie de ensayos previos de laboratorio, para no convertir el monumento en un banco de pruebas que puede proporcionar sorpresas irremediables".

Rosa María Esbert, adscrita al departamento de Petrología de la universidad de Oviedo y coordinadora de un grupo de 12 especialistas que estudian este problema en Asturias desde 1978, asegura que "no existe un solo mal de la piedra, sino varios, y, por tanto, no existe un solo remedio".

En su opinión, la única fórmula para conseguir resultados satisfactorios "es el estudio minucioso de las formas de alteración superficiales, bajo las cuales se manifiestan los distintos males: pátinas, costras, eflorescencias o alveolizaciones, por citar algunos". "Una vez logrado este objetivo", añade, "se podrán deducir cuáles son los mecanismos de alteración más generalizados en cada monumento e incluso en cada parte del mismo, lo que permitirá aplicar las soluciones más convenientes".

Según Rosa María Esbert, que, con el patrocinio de la Fundación Ramón Areces, ha iniciado un proyecto de tres años de duración para estudiar la situación actual de la piedra en las catedrales de León y Sevilla, realizar un buen diagnóstico "constituye un paso imprescindible para conocer con certeza las diferentes patologías que afectan a la piedra".

Una vez cumplida esta tarea, "otra premisa muy importante a tener en cuenta es que los trabajos de conservación deben plantearse de una forma racional, tendiendo a eliminar las causas que provocan el deterioro de las piedras. Así, es importante, previamente a cualquier tratamiento con impermeabilizantes, eliminar algo tan elemental como los posibles focos de humedad, con la reparación de cubiertas, canalones, revisión de desagües, filtraciones de humedad en los muros y otras deficiencias causantes de alteraciones", afirma.

Desconocimiento

Otra de las conclusiones presentadas al final de este curso, que contó con la participación de 71 profesionales españoles (arquitectos, geólogos y restauradores, principalmente), fue la necesidad de fomentar "grupos interdisciplinares de trabajo que, coordinados por la Administración, lleven a cabo los estudios sobre conservación y restauración de monumentos".Además del estudio iniciado en las catedrales de Sevilla y León, que pretende establecer prototipos sobre las alteraciones que experimentan piedras de características similares situadas en lugares distintos, Rosa María Esbert y su equipo han colaborado con la Consejería de Cultura del Principado de Asturias en la recuperación parcial de algunos monumentos de la región, entre ellos la catedral de Oviedo y el palacete de Santa María del Naranco.

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