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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Reliquia técnica

La aparición del formato cinemascope se anunció hace ya más de 30 años a bombo y platillo en todo el mundo y este filme de Henry Koster, un artesano de Hollywood poco imaginativo pero muy competente en cuestiones técnicas, fue el escaparate del invento.Hoy, pasada la novedad y convertido el cinemascope en un formato habitual y en parte casi histórico, La túnica sagrada no es más que una película común, de puro consumo y con algunas rarezas que ahora tienen un inevitable aroma ingenuo.

Por ejemplo, una de las invenciones técnicas que este filme puso en marcha fue el sonido estereofónico. Para hacer una demostración de las posibilidades de este sistema de reproducción del sonido se idearon algunas escenas donde ponerle en situación de dar un do de pecho y asombrar al personal. Una de estas escenas es la de la rocambolesca aparición fugaz de un Judas rimbombante, cuyo nombre es subrayado por un rotundo golpe de orquesta, que en día abrió bocas y hoy sigue haciéndolo, sólo que en sentido muy distinto. Cuando se estrenó abría las bocas el asombro; hoy, sólo la risa.

La túnica sagrada

Director: Henry Koster. Guión: Philip Dunne, sobre la novela de Lloyd C. Douglas. Producción norteamericana de Frank Ross para la 20th Century Fox, 1954. Intérpretes: Richard Burton, Jean Simmons, Victor Mature, Michael Rennie, Richard Boone, Betta St. John, Dean Jagger, Jay Robínson, Jeff Morrow.Reposición en Madrid: cine Coliseum.

Lo más estimable del filme es el reparto, donde hay intérpretes de la talla de Richard Burton, un poco envarado y sin creerse lo que hace; Jean Simmons, siempre en su sitio; Victor Mature, nunca en su sitio, y Michael Rennie, un actor poco expresivo, pero eficaz, cuya estrella declinó pronto.

Sin embargo, lo mejor del reparto no está en sus alturas, sino, cosa muy frecuente en los cast de lujo en Hollywood, en los humildes y admirables actores secundarios. La túnica sagrada, en efecto, cuenta con la presencia de dos memorables secundarios, Richard Boone y Dean Jagger, que son lo mejor con mucho del mediano filme.

De la película hoy apenas queda nada digno de verse. Una más de las llamadas evangélicas, con el añadido de reliquia técnica ya sobrepasada con creces.

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