Inauguradas en Madrid las dos primeras unidades para eliminar los cálculos de riñón

Dos unidades de litotricia extracorpórea -para eliminar los cálculos de riñón por ondas de choque- han sido presentadas esta semana en Madrid. La primera, en el hospital internacional Ruber, fue inaugurada ayer, y la otra, en la clínica La Luz, será inaugurada en la tarde de hoy. Se trata de las primeras unidades de este tipo que existen en Madrid. En España sólo existía hasta ahora un equipo en el Centro de Litiasis Renal, de Barcelona.La litotricia extracorpórea es el único método no quirúrgico que existe en el mundo para tratar la litiasis renal eliminando los cálculos. La primera intervención de este tipo se realizó en Alemania hace tres años, y actualmente existe una experiencia mundial de más de 10.000 casos tratados, con un índice de éxitos superior al 90%. Según los especialistas, este sistema no ofrece ningún tipo de riesgos ni ocasiona efectos secundarios. Sin embargo, está contraindicado en algunos casos de obesidad extremada, durante el embarazo, en personas con talla inferior a 1,35 metros, así como en la litiasis úrica pura, en la mayoría de los casos de uréter bífido, en cálculos situados en el uréter yuxtavesical y riñón en herradura o cuando se encuentran en pielon superior.

La urolitiasis, enfermedad conocida como piedras en el Piñón, afecta al menos a un 3% de la población, con más frecuencia en la edad de mayor actividad laboral (de 20 a 40 años). Los dolorosos cólicos renales, motivados por la dificultad de expulsar los cálculos a través de las vías urinarias, constituyen el 35% de las urgencias urológicas.

El aparato que realiza la intervención es el litofragmentador renal extracorpóreo, desarrollado por la empresa alemana Dornier a partir de las investigaciones realizadas sobre el comportamiento de materiales en aeronáutica y astronáutica. El equipo tiene un coste aproximado de 380 millones de pesetas, según indica el gerente de la clínica Ruber, y el precio total de la intervención es de 325.000 pesetas.

Las ondas de choque consisten en un solo impulso de presión muy breve, que dura milmillonésimas de segundo. Produce en el cálculo altas presiones capaces de fragmentarlo y no lesionan el tejido orgánico.