Menos corredores permitieron un mejor encierro
Una menor presencia de corredores y la ausencia de percances -no se registraron heridos de importancia- caracterizaron el cuarto encierro de los sanfermines de 1985, celebrado ayer, en el que corrieron reses de la ganadería de Fermín Bohórquez. Los sanfermines pasaron ayer su ecuador, tras su inicio el pasado 7 de julio.Las reses corrieron ayer dos minutos y 34 segundos. Los astados salvaron con nobleza a algunos corredores caídos en el suelo. Las carreras de los mozos, gracias al menor número de participantes, fueron más largas y lúcidas que en los días anteriores.
Al término de este encierro, que la manada corrió muy agrupada y bien dirigida por los cabestros, nueve personas fueron atendidas por los servicios de la Cruz Roja, aunque únicamente una de ellas tuvo que ser hospitalizada. Se trata de Miguel Ángel Marqués, de 25 años, atendido de una luxación en un hombro.
Luego, se celebró el encierro de los txikis. Tres niños participantes fueron atendidos por la Cruz Roja tras caídas durante las carreras. La jornada de ayer estuvo dedicada especialmente a los niños, que realizaron una ofrenda floral al santo patronal.
Los sanfermines, tras más de 100 horas de juerga ininterrumpida, comienzan a mostrar el desgaste fisico de los participantes en la fiesta. Para muchas personas, el día de ayer supuso una especie de tregua ante el final de fiesta que se avecina, en el que coincidirán la celebración del tradicional pobre de mí con el fin de semana, donde, de nuevo, Pamplona será invadida.
El delegado del Gobierno en Navarra, Luis Roldán, entregó a dos policías heridos en atentados terroristas -José María Izquierdo y José Sevilla Beato- una estatuilla de San Fermín con pañuelo rojo al cuello.
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