UGT y PSOE han llegado a un principio de acuerdo en los puntos más conflictivos de la reforma de pensiones
El PSOE, a través del Grupo Socialista, está dispuesto a asumir dos de las tres reivindicaciones básicas de UGT en la reforma de pensiones, con el fin de recomponer el clima de entendimiento en la familia socialista. La revalorización de las prestaciones más bajas en la misma cuantía de la inflación real se recogerá en una disposición adicional, y los trabajadores que con los nuevos requisitos queden sin derecho a jubilación pasarán a ser beneficiarios de las pensiones asistenciales. La única dificultad se encuentra ahora en el período de cálculo de la futura prestación. Pero aquí también podría haber acuerdo.
El comité confederal de UGT a celebrar el próximo día 27, que tendrá que decidir sobre este principio de acuerdo, estudiará una propuesta de la ejecutiva de la central socialista para que Antón Saracíbar, secretario de organización, asuma la secretaría de acción sindical, vacante tras la dimisión de José Luis Corcuera.En medios del PSOE y de la UGT se da por hecho un principio de acuerdo en dos de los tres puntos que la central socialista ha considerado imprescindibles para dar su visto bueno a la reforma de las pensiones: la revalorización automática de las prestaciones y amortiguar el efecto de expulsión producido por los nuevos requisitos del proyecto. No existe aún acuerdo en el período de cálculo de las futuras pensiones, aunque se espera que puede alcanzarse en los próximos días.
La UGT exige que la revalorización sea igual al índice de precios al consumo (IPC) que finalmente se registre, y no sobre las previsiones que haga el Gobierno. El proyecto de ley sólo contempla una revisión de acuerdo con las previsiones de inflación, aunque una última enmienda incluye en la exposición de motivos la posibilidad de considerar las desviaciones que se produzcan para las pensiones más bajas.
Los contactos que en estos últimos días han mantenido extraoficialmente cualificados miembros de UGT y el PSOE -pendientes de ratificar por ambas organizaciones- han avanzado hasta el punto de que el Grupo Socialista estaría dispuesto a incluir en una disposición adicional que las pensiones más bajas se revisen, "cuando menos", en la misma proporción que la inflación real. La idea sería establecer un sistema que permitiera mayores subidas a las pensiones más bajas -UGT quiere que este compromiso se aplique a las actuales y a las futuras- y menores a las más altas.
El segundo de los puntos sobre el que, en expresión de un destacado dirigente de UGT, "hay ya un punto de encuentro", se refiere a aquellos trabajadores que, con los nuevos requisitos, quedarán sin derecho a pensión (trabajadores que no llegan a cumplir los 15 años de cotización). En este caso, podría aceptarse que, "en un tiempo prudencial", los afectados pasen a cobrar la pensión asistencial, fijada, según el proyecto de ley aprobado ya en el Congreso, en 14.000 pesetas al mes.
Últimas dificultades
La dificultad para un acuerdo definitivo se centra ahora en el sistema de cálculo de la futuras pensiones. El proyecto de reforma señala que se tomarán los ocho últimos años, revalorizando los seis primeros y dejando en su valor nominal los dos restantes. Con la legislación actual el trabajador elige los dos años que más le favorezcan. UGT pide que si, a partir de ahora se coge lo cotizado en los ocho últimos años, se revaloricen todos y no sólo seis, como pretende el Gobierno, con el fin de que el efecto sea neutro. Hay que tener en cuenta que el sistema propuesto en el proyecto rebaja en líneas generales la cuantía inicial de la pensión:Los acuerdos alcanzados hasta ahora en conversaciones informales entre UGT y PSOE no tendrán validez hasta después del comité federal de UGT a celebrar el próximo día 27. En esta semana ambas organizaciones mantendrán nuevos contactos para tratar de cerrar las negociaciones.
La oferta realizada por el comité federal del PSOE el pasado fin de semana para intentar nuevos acuerdos ha sido interpretada en CC OO como que el "Gobierno había acusado el golpe de la huelga general del pasado día 20", según expresión del secretario de información, Antonio Gutiérrez. El dirigente sindical añadió que la reforma había de ser negociada con todas las fuerzas sociales.
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