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'ROCK'

El primer concierto de la gira de Miguel Ríos solo rozó la media entrada

Casi total. Desde luego, fuera de la órbita nacional. Miguel Ríos estrenó su Rock en el ruedo con olor a hierba mojada porque mayo se despidió en Córdoba con una traición.Esta ciudad perdió la oportunidad de grabar su fuego rockero en la memoria de la vieja movida nacional. Los nubarrones amenazantes de la tarde se hicieron chapetón verdugo y las estrellas sólo acudieron cuando agonizaba Alarma, teloneros meritorios. La lluvia, para Miguel, fue un decreto más del Gobierno. La plaza sólo rozó la media entrada -unas 6.000 personas- de una novillada con picadores y cartel de sucedáneos.

Otro revés sumó mayor contrariedad. Fue una suave polémica con el Ayuntamiento, que no tuvo -tampoco es preciso- un gesto de generosidad con el hermano de batalla en la lucha contra la OTAN. La coincidencia -insólita por muchos años en Córdoba- con el concierto de Los Rebeldes, montado por la Concejalía de la Juventud, estuvo matizada gráficamente por la demagogia filosófica que permitieron los precios: 150 pesetas, Los Rebeldes; 1.100, Miguel Ríos. El rock base y el tinglado mastodóntico. El sonido de las calles del puerto y los decibelios de las rutas del olimpo. He aquí el dilema.La rampa psicológica, pues, a la hora fijada para el comienzo del concierto, exigía el título nobiliario de algún ducado de profesionalidad o el santo elixir nasal cortado en raya blanca y polvo. Durante la hora de actuación de Alarma llovió con animadversión. Pero su propia condena fue su salvación. También a las nubes les pareció caro el precio y, después de llorar sobre el ruedo, recogieron bártulos, hicieron -mutis y levantaron el auténtico telón. Los callejones de la plaza empezaron a parir toda su escueta preñez y Miguel Ríos saltó a la arena con un público marcado por la vergüenza ajena de no ser más y, así, rabió por compensar ausencias, vendido hasta las ingles. Fueron casi tres horas de concierto en las que se vivió plenamente la intimidad rockera.

Casi un espectáculo total. Total por Miguel y casi por el tinglado.

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