Una inspección halla indicios de contaminación fecal en mazapanes y turrones de Toledo

Una parte importante de los mazapanes y turrones que se fabrican en la provincia de Toledo contiene contaminación fecal, tal y como se desprende de una inspección realizada por la Dirección General de Consumo del Ejecutivo autónomo. Según ha manifestado Sebastián Miralles, director general de Consumo, 17 de las 64 muestras analizadas arrojan la presencia de estreptococos (bacteria que se encuentra en las aguas no potables) o de colibacilos (que viven en el intestino humano).

Las fuentes contaminantes provienen de la materia prima utilizada en la elaboración de estos productos -almendras, miel y azúcar, principalmente-, del agua, de la falta de condiciones higiénico-sanitarias de las industrias y, en su mayoría, de la manipulación de los trabajadores.En estos momentos, las muestras están siendo estudiadas en tres laboratorios, en el de la propia Consejería de Sanidad, en los del Centro Nacional de Demostración Sanitaria de Talavera de la Reina y en los laboratorios de Barajas (Madrid).

Sebastián Miralles quiere "quitar hierro al asunto" porque en estos momentos las fábricas permanecen cerradas hasta la próxima campaña mazapanera, que se inicia en septiembre, y porque se van a emprender serias medidas de cara a la próxima temporada.

Los expedientes ya están en marcha y las empresas afectadas pueden ser sancionadas con multas de 100.000 pesetas como mínimo.

Por su parte, la Federación Empresarial toledana, en una nota remitida a los medios de comunicación, afirma que "las investigaciones realizadas han evidenciado la presencia de estreptococos y no de coli, y que la presencia de esta bacteria en los alimentos no quiere decir que haya contaminación fecal".

Busca del aceite desaparecido

El pasado miércoles tuvo entrada en el Juzgado de Instrucción de Logroño un comunicado de la consejería de Salud y Consumo de La Rioja, informando sobre la desaparición de 30.000 litros de aceite de la empresa Los Marteños, de Logroño, que fueron incautados en 1981 al comprobar que no eran aptos para el consumo, informa Antonio Moral. La desaparición fue descubierta el pasado 2 de mayo, cuando la empresa Hepcasa, colaboradora del SENPA (Servicio Nacional de Productos Agrarios), procedió a la retirada del aceite inmovilizado que había sido trasladado a la planta envasadora de la empresa.La actuación judicial sobre la desaparición de esta partida de aceite seguirá a partir de ahora un camino independiente del expediente administrativo abierto por la consejería para intentar averiguar las circunstancias de la desaparición.

Medios judiciales han informado que el expediente remitido por la consejería será enviado, casi con absoluta seguridad, a la fiscalía de la Audiencia Provincial, que se inhibirá en favor del Juzgado de Instrucción número 3 de Madrid, donde se está instruyendo el sumario por el síndrome tóxico.