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Celebración en Chile bajo el estado de sitio

Los trabajadores chilenos celebraron ayer, por primera vez desde hace siete años, el Primero de Mayo bajo el estado de sitio. El presidente del Comando Nacional de Trabajadores (CNT), Manuel Bustos, hizo un llamamiento a la concertación social y el entendimiento político como única salida posible para avanzar hacia la democracia y la libertad.El ministro del Interior, Ricardo Gracia, manifestó que no había medidas extraordinarias por parte de la policía y quitó importancia a un atentado que el lunes provocó un apagón en grandes zonas del país, incluidas algunas de la capital chilena. También en otras ciudades se produjeron atentados.

En Libia, el coronel Muammar el Gaddafi llamó a los obreros a hacerse con los centros de producción y cobrar directamente lo que revierte de la producción. "Incluso los mejores salarios son un tipo de esclavitud. La única solución es abolir el trabajo asalariado", dijo.

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Con gran colorido se celebró en la República Popular China la fiesta del Primero de Mayo. Los actos habían sido realizados el martes, por lo que ayer los chinos se concentraron en parques y centros públicos para asistir a diversos espectáculos.

El presidente de Tanzania, Julius Nyerere, ordenó ayer a las compañías estatales el pago inmediato de compensaciones a los 27.000 obreros despedidos en una reestructuración de las empresas. No obstante, manifestó en un acto del Primero de Mayo que los obreros que no rinden no pueden ser mantenidos por la empresa, y citó el ejemplo de una oficina en la que los obreros se dedican a leer diarios, ya que no hay trabajo para asignarles.

En Italia, por décimo año consecutivo, las grandes centrales sindicales, CGIL (mayoría comunista), CISL (democristiana) y UIL (socialista) celebraron separadas el primero de mayo. Tan sólo en Milán se pudo llegar a un compromiso para una celebración conjunta. En Filipinas, el presidente Ferdinando Marcos amenazó con una operación militar contra el sindicato radical KMU (Movimiento del Primero de Mayo) al que acusó de sabotaje económico contra la nación. 20.000 filipinos acudieron ayer a una convocatoria de este sindicato.

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