La guerrilla salvadoreña advierte que el éxito del diálogo depende de EE UU

La guerrilla de El Salvador confía en que la tercera ronda de conversaciones con el Gobierno, prevista para el mes próximo, sirva para consolidar el diálogo como vía para acabar con la guerra civil que se libra en ese país desde hace más de cinco años, pero advierte que eso dependerá fundamentalmente de Estados Unidos, cuyo respaldo al Ejército salvadoreño resulta imprescindible para mantener el actual equilibrio militar en el conflicto.

"Tras la derrota de la derecha en las pasadas elecciones legislativas (celebradas en marzo), el presidente Napoleón Duarte no tiene ninguna excusa para impedir que el diálogo avance", afirma Héctor Oquelí, dirigente del Frente Democrático Revolucionario (FDR).Oquelí, que visitó España el pasado fin de semana en el marco de una gira por varios países europeos para exponer el punto de vista de la guerrilla salvadoreña sobre las posibilidades de paz en su país, declaró en Madrid que la oposición armada "está sinceramente interesada en proseguir el diálogo" para la reconstrucción de El Salvador, pero aseguró que Estados Unidos tiene la última palabra.

"EE UU es el factor fundamental para adelantar en el proceso de diálogo. Hasta ahora, ha estimulado a los militares para la guerra. En los últimos cinco años ha enviado 1.700 millones de dólares (unos 290.000 millones de pesetas) a El Salvador, de los que el 75% ha sido en concepto de ayuda militar. Para el próximo año fiscal, la Administración de EE UU ha anunciado el envío a El Salvador de 370 millones de dólares (unos 65.000 millones de pesetas), con lo que nuestro país se convierte en el primer receptor de ayuda militar estadounidense de América Latina y el tercero del mundo".

El dirigente del FDR, soporte político de la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), confía, sin embargo, en que el presidente Duarte, libre de la presión que hasta ahora ejercía en la Asamblea Nacional la extrema derecha -encabezada por Roberto d'Aubuisson-, satisfaga las esperanzas que suscitó su ascenso al poder. "Por el momento no se ha desmantelado nada de los aparatos represivos, de los escuadrones de la muerte. Duarte sigue gobernando bajo estado de sitio, las estructuras de poder son las mismas y, en la medida en que la guerra se alarga, la penetración de EE UU se va haciendo más grande", dice Oquelí al valorar la gestión del presidente Duarte.

Héctor Oquelí cree que "la guerra no va a acabar por muchos soldados que meta el Ejército" (cuyos efectivos se calculan actualmente por encima de los 40.000 hombres), y mientras el conflicto continúe "el Gobierno salvadoreño va a ser incapaz de llevar adelante planes económicos y comerciales, porque tiene que poner todos los recursos al servicio de la guerra".