El Gobierno se queda solo ante la reforma de la Seguridad Social

El enfrentamiento entre el Gobierno y el sindicato socialista UGT a propósito del proyecto de reforma de la Seguridad Social, que recortaría los ingresos mensuales de los nuevos pensionistas hasta algo más de 20.000 pesetas, se ha extendido al propio seno de UGT. Esta central, dispuesta a movilizarse en contra, como CC OO, ha negado conocer la nueva oferta que el PSOE y el Gobierno aseguran ha recibido para ablandar el contenido de la reforma, que situaría las futuras pensiones en peores condiciones respecto a otros países europeos. La falta de respaldo de la patronal y otros partidos se refleja en el seno del PSOE.

El Ejecutivo está dispuesto a suprimir el requisito de estar en activo en el momento de jubilarse para tener derecho a cobrar la pensión, quitar los cinco años de carencia en la invalidez por accidente no laboral, alargar de cinco a 10 años el período de implantación (así no afectaría a quienes hoy tienen 55 o más años), garantizar mejor la revalorización de las pensiones y beneficiar a unas 300.000 personas con la subida del 30% (de 11.000 a 15.000 pesetas) en las pensiones asistenciales. A estos cinco puntos se añade la posibilidad de modificar en trámite parlamentario la ley de Sanidad.Pero el sindicato socialista defiende oficialmente que no ha recibido oferta alguna y que, en caso de mantener los términos ya anunciados, no la consideraría aceptable, por opinar que recorta los derechos de los trabajadores. Según algunas versiones, la ejecutiva ugetista conocía la oferta, pero no se dio por enterada por no haberse realizado de forma oficial.

Otras versiones apuntan a un deseo de hacer que el PSOE y el Gobierno cedan ante el sindicato, obligándoles a mejorar aún más su oferta, y subrayan que la batalla que actualmente se está registrando en el seno de la familia tiene mucho de conflicto de personas.

Sin embargo, también se encuentra dividida en dos grandes bloques. Unos rechazan tanto la propuesta inicial como sus últimas modificaciones y exigen que se reabra un nuevo proceso de negociación global para no recortar las prestaciones. Otros, minoritarios, defienden como cuestión de principio la negociación sobre las bases ofrecidas por el Gobierno.

Al filo del Primero de Mayo, que se presenta conflictivo, UGT mantiene abierta la convocatoria de realizar movilizaciones en todo el territorio nacional con el objetivo de que el Gobierno modifique sustancialmente su proyecto. Sería la primera vez que el sindicato socialista se echa a la calle en clara confrontación con el Ejecutivo. Comisiones Obreras, aunque todavía no ha concretado fecha para sus movilizaciones, ha sido la única organización que ha presentado una alternativa completa.

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