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El Ministerio de Cultura reestructura seis direcciones generales para agilizar su aparato burocrático

El Ministerio de Cultura, sobre cuya posible desaparición como departamento ministerial se ha especulado prácticamente desde que se fundó, en septiembre de 1977, ha reestructurado sus funciones para eliminar parte de su aparato burocrático. La reestructuración fue aprobada por el Consejo de Ministros de ayer, afecta a seis direcciones generales y no cierra las posibilidades de que en un futuro desaparezca este ministerio, que en 1982 acogía a unos 19.000 funcionarios y que, tras las transferencias a autonomías y la desaparición del organismo Medios de Comunicación del Estado, que dependía de este departamento, da hoy cobijo a unos 6.000 empleados.

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El Consejo de Ministros aprobó ayer una reestructuración del Ministerio de Cultura según la cual se crean el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música, el Instituto Nacional de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales y el Museo Nacional del Prado, organismos autónomos presididos por el Ministerio de Cultura; las dos primeras entidades sustituyen a las direcciones generales de Música y Teatro y de Cinematografia; engloban respectivamente al Centro Dramático Nacional, al Ballet Nacional, a la Orquesta y Coro Nacionales de España y la JONDE (Joven Orquesta Nacional), y a la Filmoteca Española. Direcciones generales que se mantienen en su denominación, como la del Libro y Bibliotecas y la de Bellas Artes y Archivos, conocen cambios fundamentales en su estructura. La legislación por la que se regirá el Museo Nacional del Prado como organismo autónomo, está pendiente y será dada a conocer cuando se juzgue que las condiciones presupuestarias hacen viable esa autonomía. Ha sido creada, además, la Dirección General de Cooperación Cultural. Han sido eliminadas las direcciones generales de la Juventud y de Servicios.Según fuentes del ministerio, la reestructuración que sustituye las direcciones generales por institutos tiende a eliminar las trabas burocráticas que hoy hacen que la puesta en marcha de un espectáculo teatral tenga una organización administrativa similar a la que pende sobre el presupuesto de una autopista. Los institutos permiten una mayor agilidad en el manejo de los presupuestos.

La reestructuración, en la que el ministro de Cultura, Javier Solana, asegura que lleva trabajando desde que tomó posesión, en diciembre de 1982, incluye la figura del gerente, que se ocupará en cada una de las entidades creadas de su gestión.

El criterio seguido para esta reorganización, según dijo ayer Javier Solana, es el de convertir el Ministerio de Cultura en un centro de servicio público y no en entidad de gestión administrativa como lo ha sido hasta el momento, casi fundamentalmente. A este respecto, Solana recordó que cuando tomó posesión de su cargo el personal puramente administrativo que estaba a su disposición era el 70% del total del ministerio; el 30% se dedicaba a los servicios culturales directos -atención a museos, bibliotecas y archivos, por ejemplo- Esa proporción se ha invertido ahora, aseguró. Por otra parte, el Ministerio de Cultura tenía, en 1982, 19.000 funcionarios y en la actualidad el número de empleados ronda los 6.000; los restantes han sido transferidos a comunidades autónomas y a otros organismos del Estado.

Nuevas funciones

Las direcciones generales que han dejado de existir en su denominación actual son las de Cinematografía, y la de Música y Teatro. Convertidas en Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música e Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, respectivamente, tendrán a su frente un presidente, que será el ministro, un director general y un gerente. El Instituto de las Artes Escénicas se ocupará del funcionamiento del Centro Dramático Nacional, el Centro de Nuevas Tendencias Escénicas, el Teatro de la Zarzuela, el Ballet Nacional, la Joven Orquesta Nacional y la Orquesta y Coro Nacionales de España, cuya administración se hallaba ahora disgregada. El Instituto de la Cinematografía se ocupará de la protección y la promoción del cine y del funcionamiento de la Filmoteca Española.Aunque no varían su denominación, las direcciones generales del Libro y la de Bellas Artes tienen nuevas funciones, que antes no existían o estaban centradas en institutos. En el caso de la del Libro, acoge en su seno el Instituto Nacional del Libro (INLE), aunque se desconoce qué estatuto tendrá esta entidad hasta ahora autónoma. Además, se crean en ese contexto el Centro de Coordinación de Bibliotecas, que tratará de crear la red bibliotecaria, de la que el país es deficiente; el Centro del Libro y la Lectura, que canalizará las ayudas a la industria editorial; y el Centro de las Letras Españolas, que fomentará la difusión nacional e internacional de la literatura española. En el caso del fomento a la edición, el ministro anunció, sin precisar detalles, que el Gobierno prepara una importante ayuda al sector para la exportación y para el interior.

La Dirección General de Bellas Artes desarrollará la ley de Defensa del Patrimonio, recientemente aprobada, a través de la Subdirección general de Protección del Patrimonio Histórico, tendrá un Centro Nacional de Exposiciones, una Dirección de Museos Estatales, la Dirección de Archivos Estatales y un Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales.

La Dirección General de la Juventud desaparece. Persiste el Instituto de la Juventud, cuyo organigrama es idéntico al de los restantes institutos. El Consejo Superior de Deportes y el Instituto de la Mujer siguen con su actual estructura.

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