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Reportaje:

La muerte de un hospital

El futuro inmediato del hospital geriátrico Matía Calvo de San Sebastián, único en España, se encuentra seriamente comprometido por una situación de bancarrota económica y de déficit estructural. La progresiva descapitalización de la fundación benéfica Matía, propietaria del hospital y de la residencia asistida de ancianos, amenaza ya con estrangular el funcionamiento de estos centros, cuyo volumen de pérdidas supera, al parecer, los 800 millones de pesetas.

Aparentemente no existen más alternativas que aquellas que plantean precisamente el desmantelamiento de las instalaciones y servicios más codificados y de mayores costes: la unidad de vigilancia intensiva, los quirófanos y los servicios de consultas.La opinión pública guipuzcoana se muestra alarmada ante la posibilidad de cierre del hospital Matía, un centro dedicado a la atención de ancianos con patologías agudas, que posee un inicio de ocupación del 95% y que atiende casi exclusivamente a pacientes que no encuentran cama en los centros de la Seguridad Social. El déficit es el resultado de la diferencia entre el coste medio real de un enfermo por día, unas 9.000 pesetas, y las 4.737 pesetas que la Seguridad Social abona por ese mismo concepto al hospital Matía de acuerdo con el concierto establecido.

Reconversión

El hospital Matía, que cuenta con servicio de farmacia y está reconocido como centro docente, ha dejado de hacer frente a sus compromisos con la Seguridad Social y con Hacienda, y el presupuesto de la fundación para este año contempla unas pérdidas globales de 450 millones de pesetas. Tanto los responsables provinciales del Insalud como los de la Administración autonómica reconocen que el hospital Matía, con sus 226 camas y sus 2.500 ingresos anuales, resulta imprescindible en la estructura sanitaria de la provincia y aporta un alto nivel asistencial.De hecho, la residencia sanitaria de San Sebastián, dependiente del Insalud, se vería frecuentemente desbordada si no dispusiera del hospital Matía.

Enrique Barbadillo, director provincial del Insalud, descarta la posibilidad de que la sanidad pública absorba el hospital Matía y afirma que su departamento está ya comprometido en la creación de una red de hospitales comarcales, como el de Zumárraga, ya en funcionamiento, el de Mendaro y el de Irún, y en la construcción del materno-infantil, que permitirán desahogar a la residencia sanitaria de San Sebastián. "El Insalud ha cubierto recientemente la deuda de 70 millones contraída con Matía y su propósito es limitarse a cumplir con lo estipulado en el concierto, que reconoce a ese centro el baremo 5.1, propio de un hospital general. Lamentamos, eso sí, la situación crítica de ese centro, cuyos servicios pretendemos seguir utilizando en la medida de nuestras necesidades".

El director del Insalud de Guipúzcoa cree que la única alternativa válida es la reconversión del hospital en una residencia asistida con ayudantes técnicos sanitarios y médicos pero sin los servicios gravosos de unidad de vigilancia intensiva y quirófanos.

El hospital geriátrico fue creado hace casi cinco años tras la renovación del antiguo asilo Matía, convertido hoy, 100 años después de su fundación, en una residencia asistida que acoge a enfermos crónicos. Los promotores del hospital geriátrico decidieron dotar al centro de las mejores instalaciones y servicios con la esperanza, posteriormente frustrada, de lograr así un alto baremo que permitiera elevados ingresos.

En opinión de Enrique Barbadillo la nueva red hospitalaria comarcal permitirá a la Seguridad Social prescindir de muchos de los conciertos con clínicas privadas, cuyo futuro prevé incierto. Barbadillo admite que su gestión está condicionada por la proximidad de la transferencia del Insalud a la comunidad autónoma vasca.

Viabilidad

El responsable de Sanidad de la Diputación de Guipúzcoa, Prudencio Larrañaga, afirma, por su parte, que el centro Matía figura como hospital geriátrico de larga asistencia en el mapa sanitario elaborado por el Gobierno vasco. La diputación provincial está dispuesta a hacerse cargo de la residencia de enfermos crónicos, una vez estudiada la viabilidad económica de los dos centros, y con la condición de que el plan sea aceptado por la junta de patronos de la fundación Matía y los representantes de los trabajadores.La empresa ETPH encargada del estudio de viabilidad no ha presentado todavía sus conclusiones, pero todo apunta a que la continuidad del Matía exige la regulación de empleo y el desmantelamiento de los servicios más gravosos. La Administración autónoma comparte el criterio de que cada centro hospitalario debe ofrecer los servicios que les permitan mantener sus ingresos y sugiere que el INSALUD debe ofrecer una alternativa laboral al personal médico excedente de una eventual regulación de empleo, en su mayoría médicos especialistas. Los médicos del hospital Matía critican los criterios economicistas utilizados para justificar el desmantelamiento de los servicios más cualificados y afirman que el hospital Matía es altamente rentable desde una perspectiva de medio plazo y con una correcta concepción de la geriatría. "Un hospital geriátrico", afirman, "posee una infraestructura y unas técnicas más específicas, con lo que se reducen considerablemente los costos. Aporta mejores condiciones de asistencia y un tratamiento integral que se completa con los servicios del hospital de día y de asistencia domiciliaria.

Tratamiento integral

El resultado, señalan, es que los pacientes tardan más tiempo en ser dados de alta -la estancia media general incluyendo a los enfermos de rehabilitación y de cirugía es de 31 días- pero los reingresos son muy inferiores a los que se producen en los hospitales generales, donde los ancianos reciben una asistencia meramente puntual y ocupan el último lugar en el escalafón de prioridades".Los médicos de Matía refuerzan sus argumentos contrastando el coste de cama-día del hospital, 9.000 pesetas, frente a las 15.000 pesetas de la residencia sanitaria de San Sebastián, que reconoce oficialmente el INSALUD. Fuentes sanitarias aseguran, por otra parte, que el precio de cama-día en la citada residencia se eleva en la actualidad a 25.000 pesetas". "Con cuatro mil y pico pesetas días que paga el INSALUD sólo podemos dar de comer a los ancianos".

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