Políticos argentinos consideran la estancia de los Reyes de España como un nuevo impulso para la democracia

Los Reyes de España concluyeron ayer su segunda visita oficial a Argentina, siendo despedidos en el aeropuerto de Buenos Aires por el presidente, Raúl Alfonsín. Cualificados observadores destacan cómo el viaje real ha servido para inyectar nuevas energías al Gobierno democrático argentino, en un momento delicado, en vísperas de que se inicie el proceso contra nueve de los miembros de las juntas militares que gobernaron Argentina entre 1976 y 1983. Justo cuando los Reyes estaban a punto de abandonar el país, el Gobierno hizo pública la convocatoria de una movilización popular multipartidaria en apoyo de la democracia.

La estancia de los Reyes de España -que ayer visitaron en su camino de vuelta a Madrid las cataratas del Iguazú, en los límites que separan Brasil, Paraguay y Argentina-, no sólo ha levantado elogios, sino también críticas, que han llegado de los medios peronistas. El diputado justicialista Héctor Basualdo calificó el martes peyorativamente el discurso del Rey ante el Parlamento de Buenos Aires de "neto corte liberal", y dijo que contenía valores que "no son los del pueblo argentino". Don Juan Carlos, dijo Basualdo, "ha faltado a la verdad al referirse al tema de las Malvinas, porque dijo que España había estado a favor de Argentina, cuando sabemos bien que tanto el Gobierno español como el italiano votaron entonces en contra de nosotros". En el acto parlamentario en el que intervino el Rey fueron los justicialistas, junto a las minorías de extrema derecha, los que menos aplaudieron el párrafo más ovacionado de la media docena de discursos que el Monarca ha pronunciado en Argentina: que "nunca más ninguna idea del Estado ni ningún mesianismo salvador venga a arrebatarnos nuestra dignidad de hombres libres".En escaparates y balcones de Buenos Aires quedaban aún, horas después de que se marchasen los Reyes, las banderas y retratos con los que se expresaba la bienvenida del pueblo argentino. El miércoles, en su visita a Rosario, se volvieron a revivir momentos de entusiasmo: la ciudad estaba prácticamente paralizada y buena parte de sus habitantes salió a las calles a vitorear a los Reyes.

En esta ciudad, don Juan Carlos descubrió la placa de la piedra fundacional del complejo cultural Parque de España, que se construirá con fondos españoles. Este complejo está considerado como el centro cultural hispánico más importante de América. Los Reyes visitaron también el Club Español, donde fueron saludados con gran des muestras de entusiasmo por la comunidad de compatriotas.

La gira real ha servido tambié para tranquilizar a los países latinoamericanos con respecto a las repercusiones que tendrá, en su relación con éstos, la entrada de España en la CEE. El secretario de Estado para el Comercio, Luis de Velasco -que formaba parte del séquito real, junto al ministro de Exteriores, Fernando Morán, y el presidente del Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI), Luis Yáñez-, realizó unas declaraciones que recogían buena parte de los diarios bonaerenses de ayer.

Velasco explicó que al adoptar España las mismas tarifas aduaneras que la CEE, más bajas que las actuales, "se favorecerá la exportación de productos de América Latina, siempre que ofrezcan mercaderías competitivas".

Alfonsín, intranquilo con la CEE

A pesar de las palabras tranquilizadoras de España, el presidente Alfonsín ha mostrado su intranquilidad por la competencia ilícita, según sus palabras, que la CEE hace a la carne y al grano argentino. El miércoles, Luis de Velasco firmó con su homólogo argentino, Ricardo Campero, un acta final que es el único documento emitido durante esta visita real. En este acta se expresa la voluntad de ambas partes de incrementar la cooperación económica, bastante debilitada por la situación argentina: en 1984, España exportó a Argentina por valor de 16.980 millones de pesetas -cifra sólo superior a la registrada en 1979- e importó por valor de 47.926 millones.Los contactos económicos mantenidos estos días en Buenos Aires permitirán contratos por cerca de 5.000 millones de pesetas en los sectores de material didáctico y en el de transmisión de datos. Con participación de empresas de ambos países, se estudian proyectos que totalizarán 17.000 millones de pesetas en los campos de fertilizantes, ferrocarriles y material telefónico.

También se estudió la posibilidad de que la empresa nacional Hispanoil participe en las tareas de extracción de petróleos en Argentina. Igualmente, otra empresa española ha manifestado su interés por participar en la minería de carbón argentina, con la intención de que el pago se haga en productos carboníferos y obviar así el uso de divisas.

Los Reyes visitaron también ayer, de regreso a Madrid, las cataratas de la localidad argentina de Iguazú, a 1.350 kilómetros al norte de Buenos Aires. El avión presidencial argentino en el que viajaban sobrevoló la zona de las cataratas del Iguazú durante 15 minutos para permitir que la pareja real española observara la belleza de estas caídas naturales de agua.

A su llegada al aeropuerto de la ciudad, los Reyes de España fueron recibidos por las autoridades de la provincia y abandonaron la pista escoltados por una doble fila formada por 500 escolares uniformados de blanco.