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Crítica:CINE / IMAGFIC 85
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El festival alcanza su madurez en esta edición

El VI Festival de Cine de Madrid dispone de una organización más adulta frente a los brotes de improvisación que, surcaron en muchos aspectos las ediciones anteriores. Esta organización no sólo se refleja en la selección de películas -quizá no todas de la misma importancia, pero sí exponentes de un cine poco habitual en nuestras pantallas-, sino, igualmente, en lo que respecta a las proyecciones, la excelente calidad de la traducción simultánea y el rigor del boletín diario de información, en el que hasta ahora dominaba un espíritu jocoso que disimulaba con su tono coloquial la necesidad de tan mejor compromiso con los espectadores.

MadridLa asistencia cada vez más numerosa del público madrileño corrobora el acierto del festival en la elección de las películas: mayor interés por el cine independiente que por el ya consagrado, a excepción de los títulos que abren y cierran la programación oficial, Brasil, de Terry Gilliam, y 2.010, de Peter Hyams; y, por tanto, descubrimiento de aquellos cineastas que por manías de la vieja censura o por la apatía de distribuidores llegan a España, con dificultad o simplemente no llegan nunca.Tal es el caso de los ciclos dedicados,en esta ocasión a Russ Meyer y Alexandr Dovjenko, en contraposición a los que también se dedican a Federico Fellini y Sam Peckinpah, justificados por la tradicion,al admiración que despiertan en el público joven y por el eventual hecho de contemplar sus películas en versión original, incluso sin subtítulos.

La compensación de una seria y cómoda traducción simultánea es un acierto que no es tan habitual en los festivales, incluidos los grandes, como el de Berlín, donde la versión castellana de las películas alcanza muchas veces dimensiones grotescas.

Una exposición de los más sobresalientes carteies del famoso autor de títulos de crédito Saul Bass, a quien también el festival dedica un homenaje en su faceta de director de cine, acompaña las tertulias que el Imagfic concita entre cuantos adquirieron un abono en lugar de localidades independientes. En este sentido, sin embargo, el festival carece de más provocaciones para el encuentro, circunstancia especialmente extraña en Madrid, donde habita el mayor porcentaje de cineastas del Estado español.

Escasos profesionales

Sorprende la escasa asistencia de profesionales, casi sólo entrevistos en la sesión inaugural. Es una constante del cine español, generaimente también ausente en las arandes convocatorias extranjeras. Frente a la habitual aparición de cineastas de renombre haciendo cola confundidos entre asistentes anónimos, quienes ruedan en España escasean su asistencia a los festivales, quizá con la ilusión de que podrán contemplar más tarde los mismos filmes en locales comerciales. Craso error dado que, como queda dicho, el mayor acierto del Imagfic es descubrir cinematograrias o autores de escasa o tímida presencia en los circuitos comerciales.También se echa en falta la presencia de público infantil en las sesiones matinales especialmente convocadas para él. Que los colegios y academias no hayan sido convocados por los organismos patrocinadores del certamen es lamentable, porque algunas de las películas presentadas en esta sección son de gran interés. Tal es el caso de la película francesa El rey y el pájaro, de Paul Grimalt, cuya fascinación visual se pone al servicio de una crónica contra la intransigencia y el abuso de poder.

Situación antagónica a la del filme español Elpequeño vagabundo, de Rodjara, donde, al margen del acierto de los dibujos, la crónica repite los viejísimos tópicos religiosos que tan ferozmente atacaron la sensibilidad de los españoktos de posguerra. En cualquier caso, se trata de un esfuerzo del festival que cae desafortunadamente en saco roto.

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