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Relevo en Moscú, diálogo en Ginebra

La enfermedad, una constante en el mandato de Chernenko

La breve presencia de Konstantín Chernenko al frente de los destinos de la URSS ha estado dominada por la imagen de la enfermedad y la fragilidad, imagen que ha sido una constante desde el mismo día en que se convirtió en el más veterano dirigente soviético en ocupar la jefatura del Estado. Ya en su primera aparición pública, el 14 de febrero de 1984, los kremlinólogos se hicieron lenguas sobre las dificultades respiratorias y los titubeos mostrados por el número uno soviético al leer un discurso.Hacer un repaso retrospectivo sobre las informaciones generadas por Chernenko es pechar con un aluvión de titulares del estilo de El silencio de Moscú acrecienta los rumores sobre el estado de salud del máximo dirigente soviético, Tras enfisemas y taquicardias, Chernenko logrará mañana cumplir 73 años, Se multiplican las conjeturas sobre la salud de Chernenko, La prolongada ausencia de la vida pública de Konstantín Chernenko aumenta las especulaciones sobre su declive físico, etcétera, que no son sino una muestra de los esfuerzos periodísticos por formular con diferentes palabras una sola realidad, la de que el jefe del Estado de la Unión Soviética era un hombre que sólo podía ocultar su enfermedad con su desaparición de la vida pública.

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En mayo del año pasado, cuando hubo de recibir a los Reyes de España en el Kremlin, Chernenko tuvo que ser auxiliado por dos ayudantes en el momento de salir de su automóvil, escena que recordó a todos los presentes la imagen que dio la vuelta al mundo de un Yuri Andropov que para caminar necesitaba del apoyo de dos personas.

El absoluto mutismo de las autoridades soviéticas sobre el estado de salud del líder del Kremlin durante el verano hizo aumentar los rumores de que Chernenko se encontraba hospitalizado. El jefe del Estado regresó de vacaciones a primeros de septiembre tras 50 días de descanso y reapareció en público el día 5 para imponer la Medalla de la Orden de Lenin a tres cosmonautas que acababan de realizar un paseo espacial. Ese mismo mes el líder soviético realizó otras dos apariciones que no impidieron a la Prensa seguir especulando sobre su estado de salud.

En un régimen informativo como el soviético, en las antípodas del concepto occidental, a los corresponsales y analistas europeos y norteamericanos no les quedaba otra salida que ir sumando día a día las jornadas que transcurrían sin que el máximo dirigente hiciera ninguna aparición pública, analizar con lupa la información ofrecida por la Prensa soviética, esperar ansiosamente la llegada de efemérides señaladas que exigían la presencia del número uno o escrutar a las personalidades asistentes a otros acontecimientos de relevancia política.

Así, la ausencia de Chernenko en la inhumación de las cenizas del ministro de Defensa de la URSS, Dimitri Ustinov, el 25 de diciembre, reavivó los comentarios sobre su enfermedad. Dos días más tarde Chernenko reaparecía para condecorar a un grupo de escritores, lo que daba paso a un largo período de ausencia en el que dejó de asistir a tres importantes compromisos: el 15 de enero, a una cumbre del Pacto de Varsovia en Sofía, que fue, finalmente, aplazada de forma indefinida; el 12 de febrero, a una reunión con el primer ministro griego, Andreas Papandreu, y el 22 de febrero, al cierre de la campaña para la elección de los soviets.

No obstante, el 6 de febrero Viktor Afanasiev había reconocido por primera vez que Chernenko se encontraba enfermo. "Puedo decir que el camarada Konstantín Chernenko está enfermo. Lo que no puedo decir es cuál es la gravedad de su mal porque no soy médico", dijo el director de Pravda en una entrevista concedida al organismo de radiotelevisión italiano, RAI, "Pero sé que, a pesar de su enfermedad, sigue conduciendo el Estado y el partido", añadía, con lo que daba pie a seguir esperando en cualquier momento una reaparición del jefe del Estado.

Chernenko no volvería a ser visto hasta el 24 de febrero, con motivo de la jornada electoral. El líder soviético apareció brevemente en televisión en el momento de votar. Su aspecto era enfermizo, y la impresion general es que se encontraba muy débil.

El último día del mes la agencia Tass difundió una foto que daba cuenta de la entrega a Chernenko de sus credenciales como diputado del Soviet Supremo de la República de Rusia. Después, silencio hasta ayer.

El informe médico de la muerte de Chernenko es poco esclarecedor, según fuerites médicas: parada cardiaca, insuficiencia hepática e insuficiencia cardiopulmonar con alteraciones hipóxicas y distróficas son expresiones vagas. Si Chernenko, como parece, tenía enfisema pulmonar, una infección respiratoria añadida pudo muy bien originar insuficiencia cardiaca (el llamado cor pulmonale), y ésta provocar, a su vez, insuficiencia hepática, aunque muy raramente cirrosis. Pero si previamente había tenido, una hepatitis que evolucionó a tina cirrosis quizá con ayuda del alcohol, ésta actuaría como otro factor acelerador. Y la parada cardiaca, según las mismas fuentes, es el pretexto final para certificar la muerte biológica, porque la muerte personal puede ser previa si el cerebro no funciona, si el electroencefalograma es plano. Pero nada de esto se dice en el certificado.

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