Marguerite Duras no asistió a la presentación de su filme 'Los niños' en Berlín
La escritora Margerite Duras no acudió a la presentación de su película Los niños, que compite en el festival de Berlín. Entre otros rumores, se perfiló el que la realizadora no quería presentarse en el festival y que, en caso de hacerlo, en los títulos dejarían de figurar los dos cineastas que con ella comparten la dirección.
Los niños ha sorprendido por su buen humor. Frente a las demás películas de la Duras, ofrece una situación divertida: un niño de siete años, tan maduro en sus reflexiones que es interpretado por un actor de 40, decide no volver a la escuela "para que no le enseñen lo que no sabe". Sus padres, el director del colegio y hasta un periodista rodean al niño y a su hermana, también interpretada por una actriz adulta, para convencerles de lo contrario. Lógicamente, no lo consiguen. Más bien el niño se reafirma en sus preguntas, en sus dudas, en su soledad.El humor y el juego de las primeras imágenes van abandonando el filme. Duras, desprendida de cualquier adjetivo, del mínimo subrayado, se desinteresa también de muchos valores de la imagen. Su película puede en algunos momentos simplemente oírse, sin perder gran importancia. El inmovilismo de la cámara y de los personajes y las reiteraciones situacionales alargan innecesariamente el filme, aunque apuntando, sí, ciertas reflexiones irónicas de la Duras sobre la escuela de la vida".
Tampoco ha acudido a Berlín Robert Altman, de quien, en el Foro, se ha presentado su extraño filme Honor secreto, monólogo de 90 minutos en el que Richard Nixon, interpretado por Stephen Altman, revisa parte de su vida y obra desde el lógico punto crítico de director, pero también con la inevitable ambigüedad de una excesiva duración. Decepcionó.
Tampoco acudió Vanessa Redgrave, protagonista de Wetherby, primera obra del británico David Hare, que, con evidentes referencias al cine de Losey, describe el mundo cerrado de una pequeña-ciudad inglesa en la que el suicidio de un joven desconocido desvela algunas de las contradicciones e hipocresías de los personajes centrales. Realizada con exquisita sobriedad y con el servicio de espléndidos actores (Ian Holm acompaña a la Redgrave en la cabecera del reparto), es, de momento, uno de los mejores filmes de la competición, aunque no sea precisamente por su carácter de sorpresa.
Babelia
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