El diálogo armamentista, un legado esperanzador

P. B. En política internacional, Chernenko comenzó su mandato identificándose con la fórmula acuñada en tiempos de Andropov, según la cual la URSS no volvería a negociar sobre armas de alcance medio y estratégicas en tanto EE UU no retirara sus misiles de Europa occidental. Desde aquí se ha evolucionado hasta llegar a afirmar que la continuación del despliegue de los euromisiles y la investigación para crear un sistema bélico en el espacio no le sientan bien a las conversaciones que se iniciarán en marzo en Ginebra.

Los portavoces soviéticos insisten en que su posición de fondo no ha cambiado y que estas conversaciones no son las mismas que se abandonaron en noviembre de 1983 (INF, o armas de medio alcance, y START, o armas estratégicas). Entre ambas posturas hay, sin embargo, un giro radical y también unas elecciones presidenciales norteamericanas que obligaron a los soviéticos a encararse con el mismo interlocutor y a abandonar finalmente las alusiones a las condiciones previas. El giro fue especialmente claro en el otoño con las intervenciones realizadas por Chernenko a partir de septiembre, incluidas sus declaraciones a medios informativos de EE UU.

Fuentes diplomáticas occidentales opinan que la decisión de volver a las negociaciones con EE UU fue impuesta tal vez a Gromiko por iniciativa del propio Chernenko, un hombre partidario de las viejas fórmulas de distensión con EE UU, que dan un margen de respiro a la economía del país.