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Silencio del Gobierno sobre la identidad de los implicados en el escándalo de la evasión de divisas

El Gobierno mantuvo ayer absoluto silencio sobre la identidad de los implicados en el escándalo de la evasión de divisas, por un importe aproximado de 2.000 millones de pesetas, con el que están relacionadas unas 30 o 40 personas de la alta sociedad española. Francisco Javier Palazón Español, de 55 años, ingresó ayer en la prisión de Carabanchel por orden del juez instructor del caso, Luis Lerga Gonzálbez. Palazón, diplomático excedente desde septiembre de 1982 y residente en Ginebra (Suiza), es consejero de Equitas, sociedad financiera dependiente de la Banca Rothschild y, según ha confesado, posee dos empresas de gestión de fondos, una en España y otra en Suiza.

Otros dos implicados, Carlos Varela Dopazo, empleado en una sociedad de gestión de fondos propiedad de Palazón, y Juan Antonio Gamazo Arnús, conde de Gamazo, fueron puestos en libertad provisional bajo fianza tras prestar declaración y pagar fianzas de un millón de pesetas el primero y 25 millones el segundo.Palazón, que fue detenido el pasado domingo, día 3, en su despacho del madrileño paseo de Rosales, permaneció detenido en las dependencias de la Brigada de Delitos Monetarios hasta ayer. Sus teléfonos habían sido intervenidos por orden judicial. No le fue ocupada ninguna lista de personas implicadas, como se ha rumoreado, sino que el propio Palazón realizó declaraciones en las que implicaba a alrededor de 30 o 40 personas.

La evasión de divisas, que ha sido evaluada judicialmente en unos 2.000 millones de pesetas, se realizaba por medio de compensaciones bancarias, por lo que no era necesario trasladar fisicamente el dinero. Según la versión de Palazón, él tenía dos sociedades, una en Suiza y otra en España, ambas dedicadas a la gestión de fondos que captaban en el mismo país donde se invertían. El contravalor en divisas estaba garantizado en Suiza para los evasores, según la investigación.

Fuentes solventes del Ministerio del Interior afirmaron ayer que las cantidades evadidas superaban los 3.000 millones de pesetas y que la investigación de la policía está encaminada en este momento a aclarar las implicaciones de distintas entidades bancarias en esta evasión de capitales, que se realizaba a través de compensaciones bancarias a cuentas corrientes en bancos suizos.

Por otra parte, fuentes próximas a Javier Palazón aseguran que la mayor parte de los 2.000 millones citados como montante de la operación es capital que gestiona la sociedad de administración de fondos que posee en Suiza, y Palazón admite que es posible que existan irregularidades en un 10% o un 15% del total de ese capital. Palazón precisó ante el juez que él no se dedica a evadir fondos, sino a gestionarlos, es decir, que si le entregan en Suiza cierta cantidad de dinero, él la invierte en aquel país.

El diplomático, que concluyó contento su declaración y llevaba preparados varios avales bancarios por una cantidad muy elevada para responder a la fianza, se mostró muy abatido cuando su abogado le comunicó la resolución del juez de que tenía que ingresar en prisión. Teresa de Baviera, por su parte, reconoció ayer en unas declaraciones que había entregado a Francisco Palazón un dinero que le proporcionaba rentas, pero que no sabía en qué era empleado.

El ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, manifestó ayer que este caso de evasión de capitales es posiblemente el más importante de los descubiertos en España. José María Cuevas, presidente de la patronal española, afirmó ayer que no hay empresarios implicados, y declinó hacer declaraciones. Representantes de la Coalición Popular declararon en relación a este tema que la actual legislación española sobre la materia es excesiva y que eso supone un daño importante a la economía del país.

Páginas 11 a 13

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