_
_
_
_

La 'guerra de las galaxias'

En el complejo y contencioso mundo del control de armas, la cuestión actual es, y lo será durante algunos años, la guerra de las galaxias. ¿Qué significa el ambicioso plan de Ronald Reagan sobre defensa, basado en los antimisiles espaciales, para el futuro de la carrera de armamentos y las tentativas para su regulación?Este problema ocupaba la mente de Andrei Grorniko en Ginebra la semana pasada. George Shultz, que se ufana de ser un interlocutor claro y directo, se encontraba en la dificil posición de no querer comprometerse, hurtando el cuerpo. Un alto funcionario soviético declaró después de la reunión: "Todas las veces que tratamos de saber algo sobre las características del programa de armas espaciales americanas, Shultz intentaba respondernos con vagas generalidades e interpretaciones que no nos ayudaban a captar el sentido de sus palabras". Simplemente, Shultz no podía ser más explícito. Ni sus instrucciones para negociar ni tampoco el actual consenso sobre política exterior le dabai una base suficiente para ofrecer una clara respuesta sobre lo que es la iniciativa de defensa estratégica y si debe figurar en los acuerdos sobre control de armamentos.

Parte de este problema es que la idea de Reagan sobre este programa difiere significativamente de otros de su propia Administración.

Cuando el presidente pronunció, el 23 de marzo de 1983, un sorprendente discurso, reveló su esperanza de que Estados Unidos pueda algún día ser capaz de protegerse él mismo de un ataque enemigo. ( ... )

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Sugirió que no nos resignaríamos durante mucho tiempo a la existencia de 50.000 cargas nucleares en los arsenales de las superpotencias y que el equilibrio del terror evitaría a cualquiera de ellas salirse del límite. El presidente imaginaba un futuro en que esas armas llegasen a convertirse en obsoletas e impotentes al desplegarse una panoplia de nuevos proyectiles, rayo láser, de partículas y otras armas exóticas que impidieran a las cabezas nucleares del enemigo alcanzar sus objetivos. ( ... )

27 de enero

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_