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Nuevo paso en la carrera militar de las superpotencias

El transbordador 'Discovery' comienza la primera misión militar de una nave espacial tripulada

El transbordador Discoyery fue lanzado ayer, entre excepcionales medidas de seguridad, a las 19,50 gmt (20,50 hora peninsular), desde Cabo Cañaveral para realizar la primera misión militar de una nave tripulada en el espacio exterior. Del objetivo de la misión solo se conoce lo que reveló el diario The Washington Post y provocó la ira del Pentágono: la colocación en órbita geoestacionaria sobre el sur de la Unión Soviética de un satélite espía, diseñado para interceptar las comunicaciones militares de la URSS. Sin embargo, muchos especialistas opinan que ésta es sólo una parte de los objetivos militares de esta misión

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El desconocimiento de la hora exacta del lanzamiento, fijada en principio entre las 18,15 gmt y las 21,16 gmt), y la ausencia de periodistas en el centro espacial -la prohibición alcanzaba a 5 kilómetros alrededor del punto del lanzamiento- han convertido este decimoquinto lanzamiento de un transbordador en algo fuera de serie.La duración del vuelo también se mantiene en secreto, aunque la agencia espacial norteamericana ha señalado que informará 16 horas antes del momento del aterrizaje. El lanzamiento del Discovery, previsto para el miércoles, sufrió además un retraso de 24 horas debido a la ola de frío que ha azotado la península de Florida en los últimos días. Los técnicos de la NASA señalaron que existía el peligro de formación de hielo cuando se llenara el gran tanque auxiliar de oxígeno e hidrógeno líquidos, a muy bajas temperaturas.

Un comunicado de la NASA señaló ayer que se habían solventado las dificultades planteadas por una válvula de un sistema de extinción de incendios de la base de lanzamiento, pero no dio más detalles sobre la misión. El capitán de las fuerzas aéreas Miles Wiley defendió el secreto que rodea el lanzamiento al decir: "No les queremos dar ese tipo de información en bandeja", refiriéndose a los funcionarios soviéticos que presumiblemente siguen de cerca esta misión.

El comandante de la misión es el capitán de la Armada Thomas Mattingly, un veterano que ha realizado ya dos vuelos espaciales, uno en el programa del Apolo y otro en el transbordador Columbia, en junio de 1982. En este viaje se comprobó el funcionamiento de un telescopio de infrarrojos (Cirris) destinado a detectar misiles enemigos. El piloto es Loren Schriber, los especialistas Ellison Onizuka y James Buchii.

Completa la tripulación el especialista responsable de la carga útil, Gary Payton que no pertenece a la NASA y es el primer astronauta de un cuerpo especial del Pentágono.

La posibilidad de utilizar el transbordador espacial para misiones de carácter militar, prevista desde un principio en el programa del transbordador, ha conducido a la construcción de una segunda plataforma de lanzamiento en la base de Vandenberg (California, EE UU). Esta base tiene una larga tradición espacial, ya que fue cuna del programa espacial norteamericano, de donde salieron los primeros astronautas, y ha sido también el campo de aterrizaje más frecuente del transbordador en los vuelos realizados- hasta la fecha. La segunda plataforma de lanzamiento deberá estar lista en octubre de este año. Una denuncia sobre las condiciones de la plataforma confirmó diversas irregularidades, que se espera subsanar a tiempo.

Este proyecto, que tiene un coste total de 4,6 millones de dólares (782 millones de pesetas), permitirá a los militares norteamericanos mucha mayor libertad de acción, ya que dispondrán de una base propia, desde donde efectuar los lanzamientos y aterrizajes con la reserva que consideran imprescindible, y también dispondrán de una unidad propia del transbordador, el Discovery, que seguirá perteneciendo, sin embargo, a la NASA.

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