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Tribuna
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Embarazosa situación española

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La España democrática ha heredado en la zona una situación viciada que ya desde hace años neutraliza la autonomía de la política exterior de Madrid en el Norte de África. Esta situación, que data de la última fase del régimen de Franco, fue causada por el voraz lobby hispanomarroquí y encontró su expresión en los Acuerdos Tripartitos de Madrid del 14 de noviembre de 1975, que consumaron la partición de hecho del Sáhara entre Marruecos y Mauritania, ignorando a la gran mayoría del pueblo saharaui. Ello, unido a las condiciones en las cuales se desarrolló la retirada española, puso en trance de máximo peligro la situación en España.El asunto sigue siendo de la máxima sensibilidad para España por las repercusiones político-militares que Hassan II puede hacer derivar de ella sobre el contencioso de Ceuta y Melilla. Además, todo aparece aderezado con los coqueteos -de dos direcciones- de Rabat con la Comunidad Económica Europea y con la OTAN.

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La guerra en el desierto

El Gobierno socialista, poco innovador en sus iniciativas respecto a actuaciones anteriores, ha autorizado en diciembre de 1984 las maniobras militares conjuntas con Marruecos Atlas 84, y el ministro de Defensa, Narcís Serra, ha afirmado que continúan las negociaciones para la venta de armas a Rabat por un monto no desvelado. únicamente en la Comisión IV de las Naciones Unidas, sobre Descolonización, España ha votado en diciembre pasado una resolución que. exige a Rabat resolver en paz, por referéndum popular y sin coacciones, el conflicto del Sáhara.

"España puede hacer mucho para ayudarnos a alcanzar la paz" dice el ministro de Defensa saharaui, Brahim Ghali.

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