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Gromiko afirma que el despliegue de nuevos euromisilies y la 'guerra de las galaxias' comprometen el acuerdo de Ginebra

Pilar Bonet

El ministro de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética, Andrei Gromiko, expresó ayer su satisfacción por el acuerdo soviético-norteamericano conseguido la semana pasada en Ginebra, al tiempo que advirtió a la Administración estadounidense sobre los dos peligros principales que, según él, se ciernen sobre las futuras negociaciones: el despliegue de los cohetes de alcance medio norteamericanos en Europa occidental y la militarización del espacio. Avances de Estados Unidos en estos dos campos afectarían negativamente a las negociaciones entre las superpotencias, dijo.

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Si EE UU se adentra por la senda de la militarización del espacio, las conversaciones acordadas en Ginebra "serían reventadas", según Gromiko. Si el despliegue de los euromisiles continúa, entonces "se cuestionaría la necesidad de las conversaciones que van a comenzarse según lo acordado en Ginebra". El ministro reiteró, en consecuencia, la propuesta de su país en el sentido de congelar todos los sistemas de armamento nuclear.En un programa televisivo que duró exactamente una hora y 55 minutos, Gromiko habló durante 80 minutos sobre sus encuentros con el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, en Ginebra, y sobre la posición y expectativas de la URSS ante el reiniciado diálogo con EE UU sobre cuestiones de armamento.

Gromiko insistió en que las conversaciones que van a iniciarse no suponen una claudicación de la URSS en relación con los motivos que la impulsaron a abandonar los foros bilaterales INF (armas de alcance medio) y START (armas estratégicas) a finales de 1982. El ministro hizo hincapié en la propuesta soviética sobre la estructura del nuevo foro, y subrayó la interdependencia entre los sistemas estratégicos de armamento de alcance medio (que, para la URSS, se convierten en estratégicos por una pura razón geográfica), y los localizados en el espacio.

El jefe de la diplomacia sovié tica subrayó la necesidad de con siderar los tres campos mencionados como un todo inseparable y valoró muy positivamente la evolución de la postura estadounidense hasta la inclusión en la agenda de las armas espaciales Haber dejado el espacio fuera de la discusión resultaba "una posición absolutamente inaceptable" para la URSS, dijo Gromiko. E ministro manifestó que si se consigue un acuerdo con EE UU para evitar la militarización del espacio, la URSS "estaría dispuesta a reducir radicalmente" sus armas estratégicas. "Si no se progresa sobre las cuestiones del espacio, sería superfluo hablar de la posibilidad de reducir los armamentos estratégicos", sentenció.

El representante soviético consideró que el programa SDI (Iniciativa de Defensa Estratégica o guerra de las galaxias) no tiene un carácter defensivo como pretende EE UU, sino ofensivo, ya que supone la creación de un escudo de protección antimisiles por debajo del cual pueden salir los cohetes apuntando hacia la URSS. El SDI deja la confianza mutua como única base posible de acuerdo, señaló Gromiko, quien textualmente dijo, refiriéndose a la confianza: "Nosotros no estamos convencidos de que en EE UU haya muchas reservas de esa mercancía".

Investigación

El ministro se pronunció también contra la continuación de la investigación científica en el campo de sistemas bélicos en el espacio. Admitió que la verificación en este terreno resulta difícil y señaló la incoherencia que supone continuar una investigación al tiempo que existe un acuerdo que tiene como objetivo la eliminación total y completa de las armas nucleares. Gromiko calificó de débil la postura norteamericana en este campo.

Gromiko se pronunció por la inclusión de los arsenales nucleares franceses y británicos en la contabilización de efectivos bélicos Este-Oeste y señaló que la igualdad entre las partes es posible, incluso calculable matemáticamente. Lo que hace falta, sin embargo, "es deseo y voluntad negociadora", aunque "nadie, ni siquiera 100 sabios juntos, pueden dar respuesta a cómo va a desarrollarse la negociación".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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