Las armas espaciales protagonizarán las reuniones que Shultz y Gromiko inician hoy en Ginebra
S. GALLEGO-DIAZ ENVIADA ESPECIAL, La utilización de armas en el espacio continúa siendo el gran tema de controversia que hace peligrar el buen final de las conversaciones entre las dos superpotencias. Los tan esperados encuentros entre los ministros de Asuntos Exteriores de EE UU y de la URSS se inician hoy en Ginebra. El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, intentó ayer, a su llegada a la ciudad suiza, eludir el problema, y se limitó a señalar que Washington no se hace ilusiones. "Sabemos" dijo, "que será difícil lograr progresos. Venimos aquí en misión de paz, y nos reuniremos con la delegación soviética con una actitud constructiva y positiva". El soviético Andrei Gromiko insistió, por el contrario, en el problema: "La URSS desea hallar las líneas maestras que orienten futuras negociaciones destinadas a evitar una carrera de armamentos en el espacio y a reducir radicalmente los actuales arsenales nucleares".
Shultz llegó a Ginebra por la mañana en un avión militar, acompañado por una fuerte delegación, en la que se encuentran los embajadores norteamericanos en las fracasadas negociaciones INF (sobre armas nucleares de alcance medio) y START (sobre armas nucleares estratégicas), Paul Nitze y Edward Rowny, respectivamente; el asesor de Ronald Reagan para Asuntos de Defensa Nacional, Robert McFarlane; el director de la Agencia de Desarme, Kenneth Adelman; el embajador en Moscú, Arthur Hartman; un general; un vicealmirante, y el número dos del Pentágono, Richard Perle."Todos ellos", explicó el jefe de la diplomacia estadounidense, "tienen una gran experiencia, y su presencia demuestra el interés del presidente Reagan en las conversaciones". Shultz insistió en que su delegación está preparada para entablar "negociaciones serias", y tuvo unas palabras para tranquilizar a los aliados europeos, temerosos de que las conversaciones se centren demasiado en temas que afectan exclusivamente a la seguridad de las dos superpotencias. "Estados Unidos trabajará duramente para alcanzar acuerdos con equidad y verificables, que contribuyan a la seguridad no sólo de Norteamérica y de la Unión Soviética, sino también del resto del mundo".
El secretario de Estado, que leyó su declaración a toda velocidad porque la temperatura en el aeropuerto era de 15º bajo cero, se trasladó inmediatamente a un hotel, en el que posteriormente recibió la visita de cortesía del ministro federal de Asuntos Exteriores de Suiza, Pierre Aubert.
En el avión que le trasladó a Suiza, George Shultz se mostró extremadamente cauto. El secretario de Estado norteamericano eludió todas las preguntas sobre si aceptará discutir la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) tal y como reclaman los soviéticos. "Vamos a explicar cuál es nuestra posición y a ver qué resulta de la entrevista con Gromiko".
Las dos delegaciones han llegado a Ginebra con posiciones diametralmente opuestas. El presidente Reagan ha declarado que no interrumpirá el programa de investigación de la SDI. El máximo dirigente soviético, Konstantín Chernenko, por su parte, hizo públicas ayer unas declaraciones en las que asegura que el desarrollo de las armas espaciales "constituirá una etapa irreversible".
Primordial importancia
Chernenko aprovechó su respuesta a una delegación internacional eclesiástica para reiterar que Moscú concede una importancia primordial a la interrupción de los planes norteamericanos para fabricar en el plazo de algunos años armas defensivas capaces de anular un ataque enemigo antes de que llegue a sus objetivos. "Si las fuerzas militaristas norteamericanas tienen la última palabra sobre este problema, nos encontraremos ante una situación sin salida, que tendrá consecuencias funestas", afirmó.
El líder soviético lanzó su mensaje pocas horas antes del encuentro Shultz-Gromiko, en un intento por demostrar que, pese a todas las declaraciones estadounidenses, Moscú sigue pensando que la SDI es el elemento clave de la entrevista. "Ha llegado la hora de adoptar medidas eficaces que eviten una desestabilización estratégica y que impidan un nuevo episodio en la carrera de armamentos".
El secretario de Estado norteamericano se negó a comentar las declaraciones de Chernenko. "No tiene sentido especular", explicó.
Algunos comentaristas han resaltado que la delegación soviética no es tan fuerte como la norteamericana. Gromiko llegó acompañado por numerosos funcionarios, pero sólo dos de ellos tienen gran categoría: el embajador en las conversaciones START, Víctor Karpov, y el viceministro de Exteriores, Gregori Kornienko. Sin embargo, dejó en Moscú a Yuli Kvitzinski, que fue el oponente de Paul Nitze en las conversaciones sobre armas nucleares de alcance medio y tiene fama de hombre flexible.
George Shultz no quiso conceder ninguna importancia a este hecho. "La delegación soviética está presidida por Andrei Gromiko que es un hombre clave en la URSS. Con eso basta".
A su llegada al aeropuerto, Gromiko declaró que "la URSS desea encontrar las líneas maestras que orienten las futuras negociaciones destinadas a evitar una carrera de armamentos en el espacio y a reducir radicalmente los actuales arsenales nucleares". Gromiko señaló que las discusiones sobre estas dos materias son "complejas y están interrelacionadas".
Los dos ministros de Asuntos Exteriores se reunirán hoy por la mañana en la sede de la delegación soviética ante la ONU. Según fuentes oficiosas, Shultz propondrá negociaciones separadas sobre los dos grandes temas que se debaten: armas ofensivas (estratégicas o de más de 5.000 kilómetros de alcance, e intermedias) y defensivas (el programa SDI y otros aspectos de la militarización del espacio). Gromiko, por su parte, planteará de entrada la posición contraria: conversaciones globales, de forma que no sea posible llegar a acuerdos sobre armas ofensivas (en las que la URSS es muy fuerte) sin alcanzar paralelamente acuerdos en el otro campo. Las delegaciones volverán a reunirse por la tarde; esta vez, en la Embajada norteamericana.
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