Delibes recibe el I Premio Castilla y León de las Letras

Miguel Delibes ha sido el ganador del I Premio Castilla y León de las Letras, dotado con dos millones de pesetas e instituido por la Consejería de Educación y Cultura del Gobierno autónomo. El escritor, que acogió la noticia con ilusión "porque es algo que me otorga mi tierra", está trabajando en una nueva novela que se titulará El tesoro. "Tiene fondo arqueológico y trata", añadió, "del problema, tanto científico como económico, que surge en un pueblo abandonado de la mano de Dios, aquí, en Castilla, donde aparece un tesoro prehistórico, un tesoro auténtico, no sólo de piedras o restos sino de oro y plata". El descubrimiento motiva un conflicto que, para Delibes, es otra vez un conflicto campo-ciudad" como pasaba en El disputado voto del señor Cayo, y, en cierta forma, en Cartas de amor a un sexagenario voluptuoso. "Presenta problemas de la imbricación del campo en la ciudad y de la ciudad en el campo".La decisión del jurado de otorgar el premio de las letras a Miguel Delibes no sorprendió a nadie aunque el nombre del autor de Las ratas no figuraba en las primeras relaciones oficiales. Quien más quien menos, pensaba que un premio que echa a andar y que se llama Castilla y León tenía forzosamente que contar con Miguel Delibes como primer eslabón de su historia. El jurado, presidido por Fernando Lázaro Carreter y formado por Emilio Alarcos, Rafael Conte, Víctor García de la Conacha, Ian Gibson, no lo tuvo, sin embargo, tan claro ya que algunos miembros se inclinaron por la novelista vallisoletana Rosa Chacel, a quien el acta final reconoce sus "grandes méritos literarios y cívicos". Antes de la última votación habían quedado eliminados otros aspirantes: Antonio Tovar, José Jiménez Lozano, Francisco Pino y José María Font.

El fallo provocó un comentario casi unánime: la región castellanoleonesa ha sido, por una vez, generosa y ha premiado a quien mejor ha escrito y sigue escribiendo de ella. El acta del jurado dice algo parecido: "El I Premio de las Letras se honra al ser concedido a un escritor que de modo tan eminente ha contribuido a la continuidad del arte literario en Castilla y León y que en su persona encarna las virtudes de este pueblo".

Tras hacerse público el fallo, el pasado viernes, Fernando Lázaro destacó que "sólo uno de los miembros del jurado ha nacido en estas tierras, lo que demuestra que Castilla sigue siendo ancha, pero no sólo de horizontes, sino de corazón".

Delibes no varió sus hábitos ni su ritmo de vida por la concesión del premio. Recibió la noticia por la mañana mientras trabajaba en su despacho y avanzaba en la redacción de su próxima novela, El tesoro. El escritor reconoce, con sonrisas y gestos de padre satisfecho, que en el tema y en el argumento -el descubrimiento de un tesoro arqueológico en un pueblecito castellano- hay influencias de sus hijos, sobre todo, del arqueólogo Germán Delibes.

"Claro que las hay, no me duelen prendas reconocerlo porque es verdad. Es curioso que mis hijos hayan cogido las profesiones que a mí me hubiera gustado ejercer, pero cuando yo ra estudiante de bachillerato no sabía que se pudiera ser biólogo o arqueólogo en España, que es lo que son mis hijos. Mi vocación estaba en la naturaleza, bien para buscar bichos, bien para buscar piedras, pero tuve que desarrollarla por otros caminos. Mis chicos han canalizado sus gustos por esas carreras y yo comparto con ellos sus inquietudes, les acompaño cuando van a excavar o a estudiar bichos o paso unos días con otro hijo mío en Doñana".