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La muerte del autor de 'La destrucción o el amor'

Huellas del nacimiento

Pese a que fue su ciudad de nacimiento, no es fácil rastrear muchas huellas de Vicente Aleixandre en Sevilla. La abandonó niño aún, y de su corta estancia sobreviven su casa natal y sus artículos en la revista Mediodía, de los que Julio Porlán guarda la colección completa, y Juan Sierra, superviviente de la generación del 27, parte de la misma y muchos recuerdos de aquellos días.La casa natal de Aleixandre mantiene presente la memoria del poeta mediante una placa, que pisa parcialmente las huellas de un viejo retrato de José Antonio Primo de Rivera, resto de una antigua utilización del edificio como cuartel general de los sublevados a principios de la guerra civil. Ahora es conocido como palacio de Yanduri, y es utilizado corno colegio femenino. Pese a que está situado en una zona céntrica y noble de la ciudad, no muchos sevillanos reparan en el pasado del edificio.

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La destrucción o Aleixandre

Lejos de allí, en el popular barrio de Triana, otro poeta del 27, Juan Sierra, repasa con la memoria los primeros poemas que leyó de AleIxandre: "Con la vista no puedo repasarlos, porque la he perdido." Sierra lamenta lo que hoy le parece un suceso increíble en su vida: "Nunca conocí a Aleixandre. Nunca nos hemos visto ni hemos hablado. Yo participaba desde aquí en la revista Mediodía, donde publicaba mis artículos, y allí leí lo primero que recuerdo de Aleixandre, el poema Cabeza, que se publicó con un dibujo de Pruna".

Recuerda aquellos tiempos y valora a García Lorca y a Alberti "como las puntas de lanza de aquel movimiento poético. Un movimiento que no era más que parte de una ebullición intelectual amplia y diversa, porque en aquella revista tenían cabida Buñuel, nuestros grandes pintores y gente de todos los campos".

Celebró en su día el premio de Aleixandre: "Evidentemente, aunque no nos conociéramos, podíamos considerarnos amigos en la distancia, por afinidad de gustos y de intereses. Recuerdo que el día que le dieron el Nobel se acercaron periodistas a preguntarme y yo les dije que lo celebraba especialmente, porque, por ser la suya una poesía profunda y difÍcil, era especialmente raro que llegara a conectar con la gente de forma que se apreciara su obra hasta ese punto".

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