Procesados en Bilbao tres guardias civiles por un presunto delito de torturas

La Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Territorial de Bilbao ha dictado auto de procesamiento, al cabo de nueve meses, contra los tres guardias civiles de la comandancia de La Salve (Bilbao) acusados de presuntas torturas y malos tratos a Josu Torre Altonaga, que presentó hace cuatro años la correspondiente denuncia. Los funcionarios procesados José Vázquez Domínguez y Lucio Sosa Robeldo fueron reconocidos por el denunciante, junto con un tercero cuya identidad no ha trascendido, el pasado 3 de febrero de, 1984, en un careo celebrado en el Palacio de Justicia de Bilbao.Josu Torre Altonaga fue detenido el 1 de febrero de 1980, horas después de que se produjera un atentado en la localidad vizcaína de Ispáster, en el que perdieron la vida seis guardias civiles, víctimas de una emboscada, y uno de los miembros del comando. Según la denuncia presentada por Josu Torres en el juzgado de Bilbao, la detención se produjo tras haberse presentado voluntariamente en el puesto de la localidad vizcaína de Munguía a requerimiento de la Guardia Civil.

El 8 de febrero del mismo año, un día después de que la Guardia Civil le pusiera en libertad sin comparecer ante el juez, el detenido presentó denuncia por malos tratos.

Al cabo de 20 días de haber presentado la denuncia en la Audiencia Provincial de Vizcaya, el caso la remitió, a petición del fiscal, a la jurisdicción militar, alegando que el lugar en el que se produjeron los presuntos malos tratos correspondía a la mencionada jurisdicción.

A partir de entonces la denuncia quedó al arbitrio de la Capitania General de Burgos, que decidió sobreseer el caso por falta de pruebas y lo dio por cerrado en septiembre de 1980. Tras su sobreseimiento, el abogado de Josu Torre presentó una querella criminal y solicitó que la denuncia pasara a competencia civil, y así lo hizo el Tribunal Supremo.

El pasado 3 de febrero se celebró un acto de reconocimiento en el palacio de Justicia de Bilbao, a puerta cerrada, en el que se presentaron diez miembros de la Guardia Civil, y un posterior careo con los tres denunciados. Éstos comparecieron ante el juez acompañados de 17 funcionarios del cuerpo vestidos de paisano y un abogado del Ministerio del Interior. Josu Torre, tras examinar a 10 guardias civiles, reconoció a tres como presuntos autores de los malos tratos de que había sido objeto. Los tres guardias civiles denunciados negaron las acusaciones, aunque reconocieron haber formado parte de los interrogatorios a los que se vio sometido el denunciante en la primera semana de febrero de 1980.

En aquella ocasión, los tres funcionarios de la Guardia Civil pronunciaron frases idénticas en las que subrayaban que "esto está preparado para desprestigiar a las Fuerzas de Orden Público".