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La clínica de la Concepción, amenazada de cierre debido a dificultades económicas

La clínica madrileña de la Concepción, de pendiente de la Fundación Jiménez Díaz, atraviesa una de las crisis más graves de su historia. Las cargas económicas -casi 3.000 millones de pesetas de déficit-, unidas a los coletazos de diversos conflictos laborales y la falta de entendindento con las autoridades sanitarias en el proceso de integración de este centro en la red pública de la Seguridad Social, pueden llevar al cierre a una de las instituciones claves de la medicina española en los últimos 30 años, que ha formado a talentos de prestigio internacional como Severo Ochoa o Francisco Grande Covián.

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Algunos centenares de trabajadores de este centro se manifestaron ayer en la plaza de Cristo Rey en defensa de sus puestos de trabajo y a favor de que se encuentre una solución negociada en el proceso de integración del centro en la red pública de hospitales del Instituto Nacional de la Salud (Insalud). Los trabajadores han manifestado que están dispuestos a presionar para que incluso se disuelva el patronato para conseguir la integración. En este sentido, han recordado que denunciaron hace algún tiempo en los tribunales que la fundación no cumplía con sus fines benéficos.La Administración no tiene, según diversas fuentes, interés en que se integre en la red pública sanitaria, y propone para "salvar" la clínica el ofrecimiento de 2.500 millones de pesetas a fondo perdido, la exigencia paralela de despido de 831 trabajadores y la supresión de 300 camas hospitalarias. El patronato de la Fundación Jiménez Díaz ha manifestado que esta solución es inviable y que, en caso de que se pretenda aplicar, causaría el cierre de la clínica.

"Desde su creación", dice el actual director, Mariano Jiménez Casado, sobrino del fundador, Carlos Jiménez Díaz, "la clínica no había tenido problemas en sus tareas asistenciales, docentes e investigadoras. Pero a partir de 1978, cuando se crea el primer Ministerio de Sanidad, comienza nuestro calvario. Desde ese momento, las tarifas del concierto con la Seguridad Social se fijaron por debajo de las de otros hospitales y además se han cobrado con retraso".

Tarifas insuficientes

El director de la Concepción explica que en 1983 han funcionado con la tarifa de 1981 y que, "además de insuficientes para hacer frente a los costes del centro, las tarifas se han cobrado tardíamente y han sido menores que las de los demás centros administrados por el Instituto Nacional de la Salud. Nuestra tarifa no llega a 13.000 pesetas por día y cama por enfermo hospitalizado, mientras que en otros centros concertados con la Seguridad Social esta tarifa se eleva a 18.000 pesetas".Hasta hace cinco años, fecha en la que las dificultades económicas comenzaron a agudizarse, la fundación se mantenía del concierto con el Estado y de los donativos de los propios miembros de la fundación y de los médicos que destinaban para mantener el centro parte de sus ingresos derivados del ejercicio libre de la medicina en la propia clínica. Con las dificultades económicas llegaron los conflictos sociales y laborales por parte de los trabajadores, que reivindicaron, sobre todo el año pasado, las subidas salariales adecuadas.

Mariano Jiménez Casado estima que no se han producido más conflictos "debido a que quienes trabajan en esta casa la consideran como propia, se sienten especialmente vinculados a la fundación no sólo por razones económicas, sino que buscan también mantener y acrecentar el prestigio de la misma". "Prueba de todo ello es que no se ha cobrado todavía el incremento salarial de este año y quedan aún otras cantidades atrasadas por percibir".

El director de la Concepción ha explicado que si el Ministerio de Sanidad se decide a dar luz verde al proceso de integración "que hemos pedido nosotros", "estaríamos dispuestos incluso a que desapareciera de este centro el ejercicio de la medicina privada, que, por otra parte, sólo ocupa el 10% de las actividades de esta casa, frente al 90% dedicado a la medicina del sector público". "Pero no podemos admitir que se pretenda colocar a la Fundación Jiménez Díaz en un nivel de hospital comarcal al aplicarnos el índice del 2,3".

En la actualidad, la plantilla de la clínica es de 2.000 personas, que tienen a su cuidado pacientes que pueden ocupar 850 camas. El plan de viabilidad supondría la supresión de 300 camas hospitalarias. Por otra parte, los afectados por la reestructuración serían 184 médicos y residentes, 120 ayudantes técnicos sanitarios, 200 auxiliares de enfermería, 102 administrativos y 224 no cualificados.

Jiménez Casado asegura que no piden ningún privilegio, pero que tampoco quieren discriminaciones con respecto a otros centros concertados con la Seguridad Social, y explica que la Fundación Jiménez Díaz puede hacer un esfuerzo interno en conseguir una cierta racionalización de la plantilla, una mejor gestión económica y una "cierta" reducción del número de camas en aplicación de los criterios de humanización de la asistencia sanitaria.

El director de la clínica de la Concepción mantiene que la integración puede llegar por diversas vías, que pueden hacer que permanezca la fundación con una determinada autonomía y que se conserve también "lo esencial dé esta casa: la función asistencial, docente e investigadora".

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