Sanciones en la RFA contra los enfermos de SIDA que mantengan relaciones sexuales
La enfermedad conocida como síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) puede provocar la muerte en la República Federal de Alemania (RFA) de 10.000 personas de aquí a 1990 y es posible que los homosexuales que ya tengan la enfermedad lleguen a ser condenados a tres años de prisión si continúan manteniendo relaciones sexuales, ha anunciado el Ministerio de Salud.El departamento ministerial ha advertido de la preparación de una serie de medidas, especialmente penales, para frenar el mal, que afecta, según la extrapolación realizada por el ministerio, a un homosexual de cada tres entre aquéllos que cambian frecuentemente de pareja.
La RFA se convertiría así en el primer país del mundo que sanciona a los homosexuales enfermos de SIDA. Además de la penalización a los homosexuales que rechacen la abstinencia, el ministerio desea instaurar la declaración obligatoria de cada caso constatado por los médicos, la obligación de los enfermos de someterse a exámenes médicos regulares -la duración de la incubación de la enfermedad puede alcanzar los cinco años- y la prohibición de donar sangre.
"Debemos persuadir a nuestros conciudadanos homosexuales del peligro de la promiscuidad, que es de hecho el motor de esta epidemia mortal", ha explicado el profesor Meinrad Koch, jefe del departamento de virología de la Oficina Federal de la Salud en Berlín.
"Ya hay 45 muertos en la RFA -el más joven, un hemofílico de 16 años de edad- y el número de enfermos, una centena en la actualidad, se duplica cada seis meses", ha señalado Johanna L'Age-Stehr, encargada de las estadísticas del SIDA. Otros especialistas se han mostrado todavía más pesimistas y hablan de 100.000 a 200.000 personas afectadas en grado más o menos grave.
Además de a los homosexuales, el SIDA, según se ha comprobado con pruebas sanguíneas en personas que no muestran síntomas, afecta también a los hemofílicos, a través de los compuestos sanguíneos infectados que necesitan para su tratamiento, y a los drogadictos que se inyectan por vena.
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