El Papa podría viajar a Argentina, pero no lo hará a Chile por petición del episcopado

Juan Pablo II podría viajar a Argentina para celebrar la solución pacífica del contencioso sobre el canal de Beagle que enfrentaba a argentinos y chilenos; pero no acudirá a Santiago de Chile, tanto por deseo vaticano como por petición de parte del episcopado chileno.El presidente argentino, Raúl Alfonsín, concluyó ayer en Roma su segundo viaje a Europa y convocó una conferencia de prensa en la que manifestó su agradecimiento al Gobierno italiano por el apoyo prestado al proceso democratizador de su país y por su contribución a la solución de los problemas económicos argentinos.

El presidente Alfonsín prefirió no responder a una pregunta de este corresponsal sobre si un posible viaje del papa Juan Pablo II a Argentina, para celebrar la feliz solución del contencioso sobre el canal de Beagle, no le crearía el problema de tener que abrazar al general Augusto Pinochet. Se limitó a decir que, en su encuentro del jueves con el Papa, le reiteiró su invitación para visitar Argentina y que ahora todo depende del Vaticano. Alfonsín añadió que agradeció personalmente al Papa sus palabras en Santo Domingo sobre el apremiante problema de la deuda que tienen los países de América Latina.

El portavoz de Alfonsín, José Ignacio López, afirmó a este corresponsal que, por parte del presidente, no hay problema en encontrarse con Pinochet "por un motivo tan concreto" y ante el Papa. Se descarta por ahora, sin embargo, un viaje de Juan Pablo II para visitar conjuntamente Chile y Argentina. Los problemas vienen del Vaticano y, al parecer, de algunos obispos chilenos, que prefieren por ahora que el Papa aplace el viaje.

Italia se ha comprometido con Alfonsín a hacer de puente entre Argentina y la CEE para defender en ésta los derechos e iniciativas llegados de Buenos Aires.

Sobre el asunto de las Malvinas fue muy concreto. El corresponsal de The Times le preguntó si estaría dispuesto a aceptar una solución que no reconociese la soberanía argentina sobre las islas. Alfonsín le contestó que esta soberanía es algo intocable, y así puede reconocerlo fácilmente cualquiera que conozca bien la historia. Añadió que su Gobierno no aceptará otra solución al conflicto que la que salga del diálogo con la otra parte.