Líderes opositores chilenos afirman que continuarán la lucha contra Pinochet

Los siete dirigentes de la oposición chilena que fueron puestos en libertad el miércoles trás haber permanecido detenidos durante 24 horas afirmaron en una declaración conjunta que continuarán la lucha pacífica para "lograr el pronto retorno a la democracia plena" en su país.

En un escrito hecho público poco después de su liberación, los líderes opositores afirman que la retirada de la querella presentada por el Ministerio del Interior contra los convocantes de la última protesta nacional contra el Gobierno de Pinochet, basada en la ley de Seguridad Interior del Estado, "es un reconocimiento de lo absurdo de la disposición penal que se nos aplicó".La decisión adoptada en este sentido por el presidente Pinochet fue hecha pública por el ministro del Interior, Sergio Onofre Jarpa, quien afirmó que la retirada de las acusaciones se debía a razones de "unidad nacional".

Gabriel Valdés, presidente de la Democracia Cristiana, declaró que "el Gobierno debe agregar otros gestos, tales como suprimir las disposiciones que impiden la libre expresión de los chilenos, el retorno de los exiliados, el funcionamiento sin restricciones de todos los partidos políticos y en suma, despejar rápidamente la vía para una transición efectiva hacia la democracia".

La Iglesia católica, emitió a última hora de la tarde de ayer un nuevo comunicado en el que la Conferencia Episcopal, tras señalar que la oposición "tiene derecho a expresar su desacuerdo", afirma que "nos alegra este gesto adoptado por el presidente de la República, porque puede significar un paso importante hacia el entendimiento en el país".

Las personas inculpadas en esta acción fueron, además de Valdés, Mario Sharpe, presidente de la multipartidaria Alianza Democrática; el presidente del Partido Radical, Enrique Silva Cimma; el presidente del Movimiento Democrático Popular, Manuel Almeyda; la dirigente de este mismo grupo Fanny Pollarolo, el dirigente juvenil de la Democracia Cristiana Juan Carlos leyes y los sindicalistas Manuel Bustos y José Ruiz di Giorgio, si bien este último no llegó a entrar en la cárcel por encontrarse ausente de Santiago.