Obispos peruanos inician hoy en Roma sus explicaciones sobre la 'teología de la liberación'
El cardenal y teólogo alemán Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (antiguo Santo Oficio), comienza a recibir hoy en el Vaticano, en razón de su cargo y a petición de Juan Pablo II, a todos los obispos peruanos presentes en Roma, unos para cumplir con la obligada visita al Papa cada cuatro años y los restantes para discutir el vidrioso tema de la teología de la liberación. El cardenal Ratzinger interrogó hace sólo unas semanas a uno de los máximos exponentes de esta corriente doctrinal, el teólogo brasileño Leonardo Boff.
La Iglesia de Perú es hoy, junto con la de Brasil, una de las más avanzadas del mundo en el campo de la teología social y en su implicación con los pobres. Es también, junto a la brasileña, la que tiene más comunidades de base en las cuales los seglares distribuyen a los fieles varios sacramentos, desde el bautismo al matrimonio. En Perú nació la criticada teología de la liberación, y su mayor exponente, Gustavo Gutiérrez, tiene todo el apoyo de una parte muy consistente del episcopado peruano, empezando por su figura más prestigiosa y carismática, el cardenal Juan Landazuri. Gutiérrez nunca fue convocado oficialmente por el antiguo Santo Oficio, pero de sus libros el cardenal Ratzinger extrajo 10 herejías, que en 1983 envió a los obispos de Perú para que se pronunciaran contra ellas.
La Congregacion para la Doctrina de la Fe las ha denominado formalmente "las 10 observaciones sobre la teología de Gustavo Gutiérrez". En realidad, como están formuladas, se trata de herejías. Las presentó el mismo cardenal Ratzinger en una sesión confidencial y secreta de cardenales hace ahora un año. Sobre ellas discutirá en estos días con todo el episcopado peruano el mismo Ratzinger en nombre del Papa.
Solidaridad
No hubo condena en su día del episcopado peruano, porque las opiniones se dividieron, en gran parte por una carta que había escrito a los obispos del país latinoamericano el teólogo más prestigioso de los últimos tiempos, el jesuita alemán Karl Rahner, en apoyo total de las tesis de Gutiérrez. Y, junto con Rahner, se han solidarizado con Gutiérrez y parte de la jerarquía peruana cientos de obispos, sobre todo del Tercer Mundo, facultades enteras de Teología de Europa, Canadá y Estados Unidos, movimientos seglares y miles de comunidades de base de América Latina y África. En Perú, los obispos están muy divididos. Sólo 15 de ellos apoyan incondicionalmente a Gutiérrez y su teología de la liberación, y son sobre todo los religiosos.
Los obispos del peruanos en Roma mantienen un silencio total. Han dicho que hablarán sólo cuando todo haya acabado. La esperanza de los más favorables a la teología de la liberación es la de irse de Roma sin condenas, aunque tengan que aceptar algún compromiso. Para el Vaticano es importante que, los obispos de Perú acepten en parte las acusaciones hechas a la teología de la liberación de Gutiérrez: Juan Pablo II llegará en visita oficial a Perú a finales de enero del año próximo, y quiere un episcopado que, en este punto tan importante para toda América Latina, esté unido y de acuerdo con Roma.
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