La negociación con la CEE acabará en octubre, según González

Las negociaciones entre España y la Comunidad Económica Europea (CEE) concluirán en el mes de octubre, manifestó ayer el presidente del Gobierno español, Felipe González, durante el primer día de su estancia oficial en Irlanda, que concluye hoy mismo. Sin embargo, y pese a la escasa información ofrecida por ambas partes al inicio de esta visita, calificada oficiosamente como "de cortesía hacia el país que actualmente tiene la presidencia de la CEE", resulta patente que el problema de la pesca sigue interponiéndose entre los dos países en el marco de las conversaciones mantenidas ayer sobre la Comunidad.

Antes de iniciar su viaje con destino a Dublín, el presidente del Gobierno realizó unas declaraciones en el aeropuerto de Barajas en las que dejó entrever la posibilidad de que se produzca el ingreso español en el Mercado Común aunque no estén solucionados algunos de los principales problemas -como vino o aceite-, en los que la CEE aún mantiene divergencias. González dijo textualmente: "Si algunos de estos problemas que separan a los países miembros no pudiesen resolverse, los países comunita rios podrían tener la tendencia de resolverlos después de la integración, manteniendo el status actual sin discriminar a España"El propio primer ministro irlandés, Garrett Fitzgerald, hizo referencia a las "dificultades aún existentes en las negociaciones" en el curso de la cena oficial con que anoche obsequió a González y a sus acompañantes. En ese mismo discurso, Fitzgerald aludió a un tema igualmente tratado en las conversaciones con su colega español y del que, sin embargo, poco ha trascendido: el terrorismo. Felipe González eludió, en cambio, tocar este punto en sus palabras de respuesta al brindis de Fitzgerald, y se refirió extensamente al papel que puede desempeñar la Comunidad Económica Europea en la solución del conflicto centroamericano reiterando, de paso, su fidelidad al espíritu de Contadora.

Fitzgerald expresó su apoyo a una rápida conclusión de las ne gociaciones hispano-comunitarias: "Peter Barry (ministro de Asuntos Exteriores irlandés) no ha perdido la oportunidad de llevar al ánimo de sus colegas eu ropeos que las negociaciones deben quedar concluidas durante la presidencia irlandesa".

El optimismo oficial quedaba un tanto matizado ante la certidumbre de que Irlanda no acepta con buenos ojos los planes comunitarios de permitir progresivamente la entrada de pesqueros españoles en zonas que antes les estaban vedadas, entre ellas el golfo de Irlanda. La Prensa de Dublín se refería ayer al inequívoco disgusto con que los pescadores de este país han acogido esta tentativa, llegando a hablar incluso, de posible revuelta en el sector. Estas informaciones han sido prácticamente las únicas que saludaron la llegada a Dublín, en medio de no escaso frío, del jefe del Gobierno español.

González mantuvo ayer conversaciones con el presidente de la República, Patrick Hillary, y con su homólogo, el democristiano Garrett Fitzgerald, además de con el viceprimer ministro y secretario general del Partido Laborista, Dick Spring. El presidente español llegó en medio de unas medidas de seguridad notablemente inferiores a las que rodearon la última visita de un jefe de Gobierno de nuestro país a Dublín, la de Adolfo Suárez en 1977. Tan sólo se ha procurado dotar al presidente español de un automóvil blindado, cedido por el embajador de la República Federal de Alemania en Dublín.

Pero los temas tratados han sido los mismos que en 1977: CEE, terrorismo y, más en concreto, pesca. En el primer tema, la negociación ha seguido su curso; en el segundo, las similitudes entre ETA y el IRA hacen pensar en una colaboración no finalizada aún; en el tercero, ya hemos dicho que no parecen existir grandes progresos.