Compromiso diplomático tras una semana de contactos

El problema creado por el pesquero alicantino Santa Teresa de Jesús se encuentra completamente controlado y en vías de solución, según declaró ayer tarde a EL PAÍS el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán.Cuando ayer por la mañana finalizó el plazo dado por las autoridades españolas para que el patrón del Santa Teresa decidiera si iba o no a Agadir con el teniente y el soldado marroquí a bordo, concluyeron también en Rabat las gestiones diplomáticas: el embajador de España en esa capital mantuvo contactos de alto nivel con el Gobierno, y horas después la Oficina de Información Diplomática (OID) del Ministerio español de Asuntos Exteriores hacía pública una nota oficial con la que parecía quedar zanjado el problema, a la espera sólo de que los militares marroquíes salgan por vía aérea hacia su país y la Administración española inicie el expediente sancionador contra el buque.

La OID afirmaba de ayer que Exteriores ha hecho durante varios días las gestiones oportunas "para explicar la situación al Gobierno marroquí, que dio todo tipo de garantías de que el patrón del barco pesquero sería exclusivamente sometido a procedimiento administrativo rápido y justo por la infracción de pesca, y que la tripulación de pesca podría abandonar Marruecos cuando lo deseara". En el comunicado se reiteraba que el Gobierno nunca "ordenó o presionó al patrón del pesquero para que se dirigiera a Agadir".

Las autoridades españolas, añadía, respetan la decisión del patrón alicantino de no trasladarse a Agadir, "y harán todos los esfuerzos posibles para que la misma no afecte a las buenas relaciones entre España y Marruecos".

"Durante toda esta semana, fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores han venido insistiendo en que los marroquíes habían comprendido la situación y aceptaban sin recelos la versión de que el Santa Teresa había recalado en Lanzarote con la sola idea de repostar y seguir luego hacia Agadir, complicándose las cosas al iniciar una investigación la ayudantía de Marina y negarse luego los marineros a poner rumbo a Marruecos.

Fuentes diplomáticas españolas reiteraron que, al aceptar esta explicación, Rabat garantizaba que los tripulantes del pesquero tendrían que responder en Marruecos sólo de las infracciones pesqueras, sin que tan siquiera se plantease la posibilidad de acusarles de piratería, como correspondería en el caso de que se sospechara de que hubieran tratado de secuestrar a los militares marroquíes.

Desde el primer momento, las autoridades españolas pusieron a disposición del Gobierno marroquí "cualquier medio de transporte deseado para el traslado honroso a su país de los militares marroquíes", afirmaba ayer la OID. Hasta ayer, Rabat insistió en que el Santa Teresa tenía que ir hasta Agadir llevando a bordo al teniente y al soldado. La negativa del patrón del pesquero decidió el compromiso final: los militares volverían por otros medios y España se encargana de sancionar al pesquero por las infracciones cometidas en aguas marroquíes, en base a su deber de garantizar el cumplimiento de sus compromisos internacionales.