El Gobierno autoriza la importación libre de carne de pollo

El Consejo de Ministros del pasado miércoles decidió castigar a los productores de pollos con un mes de importaciones libres. La medida, no explicada tras la sesión del Gabinete por el portavoz del Gobierno, Eduardo Sotillos, tiene una vertiente de advertencia al sector para que ponga fin a la manipulación al alza de los precios, según fuentes informadas. En las dos primeras semanas de julio, la carne de pollo pudo aumentar el índice de inflación en 0,2 puntos, debido a que elevó su componente alimenticio en un 0,5%. El alza continuó en la última semana: entre el día 24 y el 29 de julio, los precios testigo crecieron un 40%, pasando de 154,7 pesetas/kilo a 215,2. Ahora se intenta forzar al menos la vuelta a las 154 pesetas.Tales movimientos en los precios de un producto tan popular, fenómeno que refleja su gran peso en el índice de precios al consumo, se han registrado precisamente en momentos en que el equipo económico del Gobierno espera el inicio de una fuerte inflexión a la baja de dicho índice. Ésta influirá de alguna forma en la continuidad de la nueva política de tipos de interés y en el resultado de las negociaciones para el pacto social.

Normalmente, los pollos -la carne más barata del mercado, con gran diferencia respecto al cerdo, que está a mitad de precio del cordero y de la ternera- suelen subir de precio en verano. Por una parte, se nota la presencia de los millones de turistas extranjeros que visitan España por estas fechas, mediante el fuerte aumento de la demanda. Por otra, las vacaciones y el calor, que reduce el peso de la carne, afectan también de manera alcista a la producción y a la distribución.

Pero los fuertes incrementos detectados en julio han parecido a todas luces excesivos, tanto a la Administración comercial, como a la agrícola y a los responsables del Ministerio de Economía y Hacienda. Según fuentes de la primera, la principal explicación radica, sin embargo, en que los productores de pollos han adoptado medidas reductoras de la oferta, como el acortar el ciclo de vida de las aves y, sobre todo, el retirar de la incubación 2,5 millones de huevos. Se estima que con ello será reducida la producción de carne entre 1.500 y 2.000 toneladas (1,5 y 2 millones de kilos).

En otras ocasiones, como el periodo de mandato económico de Fernando Abril Martorell, el Gobierno negoció compensaciones y la periodificación de subidas, para evitar su impacto en momentos inoportunos. Ahora parece que ha faltado tiempo para el acuerdo. Y el Gabinete ha preferido lanzar una advertencia de eficacia inmediata, si bien dejando la puerta abierta a una tranquila negociación con los productores, muchos, aunque muy agrupados.

A propuesta del Forppa (Fondo de Regulación de Precios y Productos Agrarios) y del Ministerio de Agricultura, el último Consejo de Ministros autorizó las importaciones de carne de pollo fresca o refrigerada, en piezas o en canales. Pero, con el fin de imprimir mayor garantía y celeridad a las entradas, Economía propuso un real decreto que suspenderá durante agosto los derechos arancelarios cobrados a la importación (del 13%).