Los israelíes se merecen algo mejor

Está bien, fue una locura, desde el principio esperar que los votantes israelíes fueran a agradar a Estados Unidos, convirtiendo su elección en un referéndum que condenara la política del Likud sobre Cisjordania.No hay que negar, de cualquier modo, que desde el punto de vista del interés norteamericano, las elecciones israelíes han supuesto una gran desilusión.

El voto de un país democrático amigo debe respetarse, pero no hay por qué vacilar a la hora de juzgarlo. Muchos de los norteamericanos que se preocupan por Israel y muchos de los que no se preocupan, piensan que la política anexionista del Likud en Cisjordania está llevando a Israel a un punto en el que para seguir siendo judío hay que ser cada vez más antidemocrático. La evolución del Likud ha obligado a realizar esfuerzos para encontrar un terreno común en la estrategia de Estados Unidos e Israel y ha puesto en tela de juicio la afirmación norteamericana de seguir una política independiente en Oriente Próximo. (...)

Se mantiene el continuo espectáculo de que Estados Unidos apoya la negativa israelí a conceder derechos políticos a los palestinos. Sin exagerar el desastre que esto puede suponer para los intereses de Estados Unidos, habría que oponerse a la política que el Likud ha estado practicando diligentemente durante los últimos siete años. Esta política está equivocada. La conformidad de Estados Unidos está equivocada. La política no puede justificarse ni ignorarse.

, 26 de julio