Equilibrio entre rockeros y grupos 'folk'
Luis Eduardo Aute y Joan Manuel Serrat, en cabeza del número de actuaciones estivales
Los grupos y los cantantes españoles recorren la geografia tras el paréntesis invernal, en el que preparan sus actuaciones en los locales de ensayo o graban sus novedades en los estudios, intentando dar al público lo mejor de su arte. Las giras son la principal fuente de ingresos de quienes se dedican a la música, porque estos ingresos les van a permitir resistir los inviernos, donde las ocasiones de actuar son siempre menores y más esporádicas.Intentar hacer una guía exhaustiva de todas las actuaciones que se producen los meses de junio, julio, agosto y septiembre es un trabajo casi imposible. Muchos factores influyen en ello. Desde los managers con que trabajan los cantantes, más o menos coinunicativos, más o menos poderosos e influyentes, con mayor o menor profesionalidad -no siempre coincidente con la que demuestran los grupos que representan-, hasta las dificultades para localizar a cantantes que figuran al margen de los grandes promotores y oficinas de contratación, pasando por la infinidad de actuaciones que se van contratando a lo largo del verano, de las que todavía no se tiene constancia, y que salen después a la palestra casi sobre la marcha.
Por eso la guía que ofrecemos en estas páginas no es completa ni podía serlo. Significa tan sólo un intento aproximativo de indicar por dónde van los tiros de las actuaciones veraniegas más relevantes en los principales puntos de España. Faltan, claro está, nombres significativos y actuaciones que, sin duda, se producirán y que, por diversos motivos, no están anunciadas todavía. No están todos los que son, la cosa es clara, pero sí que hay un número significativo de los cantantes y grupos, de todos los estilos y géneros, desde el rock más moderno al foIk o los cantautores, desde los nombres consagrados hasta otros teóricamente menos conocidos, que, sin embargo, en muchos casos, dan la sorpresa de contar con un número insospechado de actuaciones. Son cantantes y grupos que pretenden ofrecer música de calidad, expresar su mundo a través del trabajo que hacen, lo que consiguen con mayor o menor fortuna, aunque sí con un notable nivel artístico, que muestra que España está en un buen momento de creación en el terreno de la música, especialmente la música popular.
Dos primeras figuras
Serrat y A ute son, sin duda, las figuras del verano. Treinta y nueve actuaciones ya contratadas va a ofrecer el primero de ellos y otras tantas el segundo, cuando todavía les falta por concretar un número importante de recitales, que aumentarán, lógicamente, la cifra, citada más arriba.
Las razones de estas macrogiras son evidentes. El éxito y la calidad de sus trabajos, la veteranía y su arraigo popular serían los más claros, aunque tampoco hay que olvidar la eficacia de sus oficinas de contratación y la dedicación de sus managers, que saben aprovechar la demanda para ofrecer un producto que gusta y que, en cierta manera, va estableciendo ya los caminos para el año siguiente.
Condiciones, especialmente las empresariales, con las que no cuentan, lógicamente, otros grupos de rock y otros cantautores que se mueven más al día, con menor antelación en sus programaciones. Eso explica el desequilibrio entre unos y otros. La ausencia este año en los escenarios de Miguel Ríos, el otro gran actuante de los veranos pasados, y la negativa de la oficina de Víctor Manuel y Ana Belén, que ahora se encuentran de gira por Cuba, Brasil, Chile y Argentina, a comunicarnos las fechas de las actuaciones de la pareja en España nos ha dejado sin poseer ese dato, importante en quienes son también figuras con giras largas y pobladas de fechas y lugares por toda nuestra geografia nacional.
Varias cosas destacan al mirar el cuadro presente. La primera de ellas es el equilibrio que se da entre las actuaciones de grupos de rock y cantautores o grupos de folk. En esa lucha entre la modernidad y la veteranía, entre la adolescencia y la carrocería, las cosas no son tan graves como algunos apocalípticos y profetas de una u otra cosa nos las presentan. Hay público para todo tipo de canción, y eso es un dato significativo y esperanzador. Cada uno acude a ver la música que le gusta, y este verano va a tener ocasión de elegir lo que se encuentre más cerca de sus apetencias, sus gustos, sus estados de ánimo, sus posibilidades económicas o, incluso, del lugar que haya elegido para veranear.
Si se hace una lectura entre líneas, en la lista que ofrecemos se
pueden rastrear las influencias geográficas de las oficinas de contratación y observar cómo unas dominan ciertas zonas y otras las contrarias, cómo tales grupos o cantantes, representados por el mismo manager, actúan de manera sistemática en las mismas áreas.El centralismo también es música
Una última característica que destaca y que, desde luego, no es la menos importante es la triste constatación de que el centralismo sigue perviviendo como un síntoma más de la ficticia integración de las culturas de las diferentes nacionalidades y regiones del conjunto de España. Los cantantes catalanes, gallegos, canarios, aragoneses, andaluces -por no hablar de los vascos, cuyas dificultades, no sólo de integración, sino de conocimiento de lo que hacen, son más agudas-, actúan fundamentalmente en su ámbito geográfico, con esporádicas y escasas intervenciones fuera de él, lo que sólo varía en los casos de cantantes más conocidos y de prestigio. En contrapartida, las grandes giras que se organizan desde Madrid llegan a todos esos sitios y con una presencia en muchos casos abrumadora. Si la canción ha sido, y es todavía, uno de los medios fundamentales de comunicarse los pueblos entre sí, éste es, sin duda, un dáto preocupante para todos.
Babelia
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